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El arte del enrejado y los complementos de acetato

Tras pegar la plantilla en el vinilo, el segundo paso es recortar el molde con un serrucho. // CharryTV

Mercedes Corbacho nos explica cómo se están realizando las peinetas, los abanicos y los mantones para Ronda Romántica en los talleres socioculturales

Paloma González

Mercedes Corbacho es la profesional que imparte uno de los talleres socioculturales que se han ofertado este año en el marco de la celebración de Ronda Romántica del 6 al 9 de junio.

En su clase de los lunes por la mañana en el Centro Obrero, una decena de mujeres están elaborando sus propios complementos. La mayoría se ha decantado por realizar peinas y peinetas. Las hay de diferentes tamaños y colores, aunque se trata de un proceso bastante laborioso, según explica la monitora del taller:

“Cada una escoge la plantilla que más le gusta y la pega en la lámina de vinilo de acetato para recortarla después con la sierra de marquetería. El siguiente paso es la lija, que también tiene su ciencia. De hecho, más de una me pide que lo haga yo porque dicen que se me da muy bien, aunque no lo hacen por flojera o porque no quieren fastidiar a última hora el trabajo realizado”, bromea.

Corbacho nos explica que después de lijar la peina, se da una capa de aceite y se termina de moldear en agua caliente. Si bien hacer una peina no es fácil, crear un abanico es mucho más complicado. En este caso, además de las varillas de acetato hay que crear el encaje y utilizar un pegamento especial que no dañe el tejido.

“Tenemos que tener mucho cuidado con el material a la hora de pegar la plantilla porque el nácar, por ejemplo, no tiene revés ni derecho. Sin embargo, si lo quieres de marfil veteado tienes que procurar que todas las líneas tengan el mismo sentido”, señala la monitora.

Por otro lado, una de las mujeres que participan en este taller está confeccionando el enrejado de su mantoncillo con hilo de cuquillo. Una vez terminado, pasará por la plancha y cortará los flecos a la altura que desee.

Aunque apenas han dado varias clases, Mercedes asegura que sus alumnas son muy aventajadas y están realizando unos trabajos complejos y cuidados. “Algunas me han pedido que hagamos una madroñera, pero no es mi especialidad y no me atrevo. Eso sí, no descarto que algún año me anime”, finaliza Corbacho.

Estas clases también se imparten los viernes en horario de mañana en el centro cívico de la barriada de San Rafael.