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La gran aventura de Joan Marc Falcó: un viaje en bicicleta de Oslo a Ronda

Durante siete semanas ha recorrido una media de 80 kilómetros diarios al principio y casi 160 kilómetros diarios al final del recorrido. // CharryTV

“En España tenemos mucho que aprender sobre movilidad” asegura el valenciano después de recorrer más de 4.000 kilómetros en solitario partiendo de Noruega

Paloma González

Joan Marc Falcó ha regresado a Ronda después de haber vivido la aventura de su vida. Este profesor y deportista valenciano afincado en nuestra ciudad ha viajado desde Noruega a Ronda en bicicleta. Un recorrido de más de 4.000 kilómetros que ha realizado en solitario durante siete semanas.

“Me fascina la aventura. No es la primera vez que hago algo así, aunque este viaje me ha encantado. Empecé a meditarlo el pasado otoño y en Navidad me decidí y saqué un billete de avión para el 7 de julio”, explica.

Así, durante 49 días ha recorrido media Europa con dos objetivos fundamentales: conocer qué se está haciendo en otros estados en materia de movilidad sostenible y conocerse mejor así mismo.

“España tiene mucho que aprender. Suecia y, especialmente, Dinamarca me han fascinado. En Copenhague, por ejemplo, tienen bosques dentro de la ciudad con unos carriles increíbles. Alemania, igual. Y Austria me sorprendió porque no la esperaban tan limpia y ordenada”, asegura.

De hecho, afirma con rotundidad que se nota el cambio una vez que entras en Francia. “Ahí te empiezas a dar cuenta de que no fomentan tanto el transporte en bicicleta. En el norte de España parece que están algo más concienciados pero una vez que bajas de Castilla y León, nada de nada”, añade.

Joan Marc Falcó es reconocido en el mundo del deporte por ser uno de los mejores corredores de triatlón a nivel regional. Prueba de ello es que se ha colocado el chapiri como campeón de los 101 kilómetros de la Legión en Ronda en cuatro ocasiones.

No obstante, todos los rondeños saben de su afición por los pedales ya que es habitual verle en bicicleta de camino al trabajo, siendo un gran defensor de este tipo de vehículos como medio de transporte.

En el plano instrospectivo, asegura que esta hazaña le ha servido para aprender a gestionar mucho mejor tanto los recursos materiales de los que disponía como su propia energía.

“Problemas técnicos he tenido, aunque he sabido resolverlos. Por ejemplo, tuve que cambiar las dos ruedas que llevaba, pero era previsible. Lo más duro fueron los 14 días que tuve que pedalear lloviendo y el miedo por las noches porque iba sólo y acampaba donde podía, bien junto a la playa o en la orilla de un río. Pero merece la pena. Puedes viajar en coche o en tren y mirar por la ventanilla, pero no vas a sentir ni la mitad de las emociones que sientes en bicicleta, como el viento en la cara o los sonidos del campo”.

Estas son algunas de las enseñanzas que quiere transmitir a sus alumnos del IES Rodríguez Delgado durante el próximo curso. “Por supuesto les hablaré de esta aventura para que aprendan a ser autosuficientes y se interesen más por la bicicleta como medio ecológico”.

Al resto, nos anima a que nos atrevamos a hacer aquello que nos motive y que nos sirva para aprender, aunque tengamos miedo: “Tampoco hay que lanzarse sin más. Esto requiere de una planificación, pero vida sólo hay una. Los miedos los crea tu cerebro la mayor parte de las veces y este tipo de experiencias son muy enriquecedoras”.

En las próximas semanas se va a centrar en el inicio del curso escolar, aunque ha confesado que los fiordos noruegos podrían ser su próximo destino.