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Rosario se despide de sus clientes tras más de cuatro décadas como ferretera

Rosario Castillo comenzó con su padre cuando tenía 19 años y se quedó con el negocio cuando él falleció.  // CharryTV

Rosario Castillo comenzó con su padre cuando tenía 19 años y se quedó con el negocio cuando él falleció. // CharryTV

Ferretería Castillo, una de las más antiguas de Ronda, cerrará a finales de este año por la jubilación de su propietaria

11 Sep 2025 - 11:17 // Charry TV Noticias

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La ferretería se encuentra en calle Naranja.  // CharryTV
La ferretería se encuentra en calle Naranja. // CharryTV

Este cuadro les acompaña desde que su padre comenzó a trabajar en la antigua Ferretería Nueva.  // CharryTV
Este cuadro les acompaña desde que su padre comenzó a trabajar en la antigua Ferretería Nueva. // CharryTV

Paloma González

Ferretería Castillo, uno de los negocios más antiguos de Ronda, cerrará para siempre sus puertas a finales de este 2025. Rosario, su propietaria, ha decidido poner fin a una largo trayectoria empresarial después de más de cuatro décadas vinculada a este negocio.

“Son más de 40 años y cada vez es más complicado seguir. Así que sí, mi intención es terminar lo que queda de año y descansar, que ya me toca”, señala.

Esta empresaria nos recuerda que los orígenes de Ferretería Castillo se en encuentra en Ferretería Nueva, fundada el 1 de octubre de 1942 en Carrera Espinel. “El propietario era Esteban Almagro. Mi padre, que había sido ferretero en Antequera, empezó a trabajar con él en los años 60. Este señor falleció antes de jubilarse y mi padre se quedó con el negocio”.

Rosario solía acudir a la ferretería desde pequeña. A los 19 años empezó a trabajar con su padre, que no llegó a jubilarse pues una enfermedad acabó con su vida cuando cumplió 65 años. “No salió de esas y no me quedó más remedio que hacerme cargo del negocio. Mi hijo tenía un año y medio”, añade.

Hace diez años tuvo que trasladarse al actual local, ubicado en el número 13 de la calle Naranja. Es un espacio más pequeño, en el que también vende productos para el hogar. “De hecho, el 99% de mis ventas es bazar porque no me ha quedado más remedio que introducirlos para poder mantener el negocio”, asegura.

Rosario nos relata el cambio de tendencia en el consumidor y las dificultades con las que se encuentran los ferreteros a día de hoy:

“Las pequeñas ferreterías hemos quedado para cuatro faltas: unos tornillitos, unos taquitos, unas alcayatas… Y no es sólo por la competencia de internet o los grandes almacenes. También influye que Ronda se ha convertido en una ciudad de turismo. Cuando mi padre empezó se vendía muchísimas herramientas para el campo. Eran otros tiempos, pero también suministrábamos a la fábrica del queso, a la de las bragas y a la de los pantalones. También a Sevillana de Electricidad, a Obras Públicas o multitud de herreros”.

No obstante, esta ferretera se siente muy orgullosa de su trayectoria y de lo que ha conseguido a base de esfuerzo y constancia. “Cuando yo empecé los hombres no se fiaban de mí. Pensaban que no iba a entender por ser mujer y aquí estoy. No soy rica, pero he pagado mi casa, mi coche y los estudios de mi hijo”.

En este sentido, ofrece su ayuda desinteresada a todo aquel que quiera quedarse con el negocio. “Yo no me manejo mucho en internet ni en las redes sociales. Los jóvenes saben sacarle partido y utilizarlo para darle un impulso al negocio. Por mi parte, aquí estoy para lo que haga falta, sobre todo en cuanto a organización y orden porque eso es fundamental en una ferretería”.

Como muestra de agradecimiento a sus clientes habituales, Rosario va a aplicar descuentos a sus productos hasta el cierre definitivo. 

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