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Los vecinos del bloque incendiado se turnan para vigilar el edificio y evitar robos

Pese a los escombros varios individuos tratan de acceder al interior de las viviendas para sustraer enseres personales de los afectados. // María José García

Pese a los escombros varios individuos tratan de acceder al interior de las viviendas para sustraer enseres personales de los afectados. // María José García

La patrulla rutinaria de agentes de la Policía Nacional y Policía Local no ha evitado que varios individuos hayan logrado acceder a dos de las viviendas

28 Sep 2022 - 17:44 // Charry TV Noticias

María José García

El pasado 25 de agosto 18 familias rondeñas fueron testigos de cómo las llamas arrasaban con toda su vida o, al menos, una parte importante de ella en el incendio declarado en el interior de un bazar chino entre las calles Doctor Carrillo Guerrero y Lauría. El aparatoso incendio provocó el desalojo de casi medio centenar de familias, 18 de las cuales residían en el bloque donde se produjo el fuego, y cuya magnitud provocó el derrumbe de, al menos, los techos de la primera y segunda planta.

Aquella noche el Ayuntamiento de Ronda proporcionó alojamiento a más de una veintena de familias en un hotel, aunque durante esa semana todos los vecinos fueron encontrando viviendas de familiares, amigos o facilitadas por sus seguros contratados para hacer frente a una situación más estable, dentro de la gran incertidumbre que experimentaban entonces.

Pese a que tras las primeras horas de la extinción algunos vecinos tuvieron la posibilidad de acceder a lo que quedaba de sus domicilios y de recuperar parte de sus enseres, el riesgo de derrumbe impidió que se retiraran todas las pertenencias en un edificio precintado y en plena investigación por la policía judicial. Esta circunstancia ha llevado a que, en varias ocasiones, unos individuos hayan logrado acceder a dos de las viviendas en horas de bajo tránsito para robar, pese a tratarse de propiedades privadas precintadas.

Las patrullas rutinarias de agentes de la Policía Nacional y la Policía Local por la zona durante la noche y la madrugada no han evitado estos robos que han puesto en alerta a los vecinos, hasta tal punto que ellos mismos han decidido turnarse para hacer guardia día y noche ante el edificio siniestrado para prevenir este tipo de delitos. Insisten en que ya no queda nada de valor, ya que lo más urgente fue retirado, tan solo enseres personales que se dedican a “destrozar” cuando entran.

“Han intentado forzar puertas blindadas y en las viviendas que no tenían ese blindaje han entrado destrozando. Lo que tememos no es tanto el robo, sino el vandalismo. Estamos estableciendo turnos hasta que la zona se quede despejada de escombros y el acceso ya sea más complicado”, informa un vecino afectado.

Uno de los efectivos de la Policía Local identificó hace unos días a dos de los ladrones con un televisor saliendo a primera hora de la mañana del vallado que cerca el inmueble. Una situación que fue denunciada ante la Policía Nacional, que registra e investiga estos casos, pero que por el momento no ha facilitado información a este medio sobre el trabajo desarrollado por los agentes en torno al incendio y sus consecuencias.

Al daño que supuso para las familias ver arder sus pertenencias y recuerdos, se suma la impotencia de asistir al robo de lo poco que sobrevivió al fuego en algunos casos. A las familias solo les queda la espera. De momento la empresa aseguradora lleva a cabo tareas de desescombro y, posteriormente, procederá a “tabicar” la estructura; pero no les dan un plazo para recuperar la normalidad. Imaginan que, al menos, deberán esperar un año para regresar a lo que fue su hogar.

En estos momentos, el entorno del edificio continúa restringido al tráfico rodado, complicando aún más la circulación ya de por sí limitada desde el martes por el inicio de un plan de asfaltado que afecta a varias calles céntricas de la ciudad.

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