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A la montaña malagueña, en silla

Miguel y su abuelo protagonizaron la primera ruta entre Benadalid y Algatocín. // Ildefonso Cózar

El Club Puraventura Genal emprende un proyecto que acerca el monte a personas con movilidad reducida gracias a un exclusivo artículo que se fabrica en Francia

María José García

Además de dirigir la Gran Vuelta al Valle del Genal, el ubriqueño Ildefonso Cózar es uno de los integrantes del club deportivo Puraventura Genal. Hace alrededor de un año, el colectivo conoció el proyecto que inició una asociación ceutí que pretendía recaudar fondos para adquirir una silla que permite acceder a la montaña a personas con movilidad reducida, y decidieron reproducirlo en el Valle del Genal. Para ello, Cózar recorrió 250 kilómetros entre Granada y Alpandeire, en lo que denominó ‘El Camino del limosnero’ como homenaje a Fran Leopoldo, patrón de esta localidad serrana.

Durante sus distintas etapas logró cosechar una cantidad razonable, pero que no cubría el importe de una sola de estas sillas, que comercializa una patente francesa al precio de unos 4.000 euros. Los miembros del Puraventura presentaron ante el área social de la Diputación de Málaga el proyecto y desde el ente supramunicipal gustó tanto la idea que se decidieron a hacerlo propio.

Pusieron en contacto a los impulsores de la iniciativa con la Fundación La Caixa y entre ambas sufragaron dos sillas para llevar a cabo recorridos por terrenos de montaña abruptos a los que, en circunstancias normales, no pueden acceder. La financiación incluye el transporte de las sillas a distintos puntos de la provincia en los que se desarrollarán los recorridos, así como la promoción del proyecto.

“Es una silla multipropietario que la puede usar cualquier perfil de usuario, desde niños pequeños hasta personas adultas con un peso elevado. A priori es un sistema muy básico, una sola rueda sobre la que va la silla con dos varas de tiro, y detrás un manillar como el de los carritos de bebés, un poco más reforzado, por aquello del volumen de peso que pueden llegar a llevar”, argumenta Cózar, quien añade que lo interesante del producto además es su sistema de amortiguación.

En palabras del deportista, el uso es muy sencillo: “Si es por un camino más o menos limpio lo pueden llevar dos personas y ya, si nos metemos en terreno más complicado en el que haya que ir sorteando más desniveles, se refuerza con dos porteadores laterales, incluso, si es una pendiente más elevada tiene un juego de arneses que se pone como si fuera un trineo de perros, y vas uniendo sillas, de forma que vaya un usuario delante otro detrás y así darle más fuerza al tiro”.

El proyecto inició su andadura el pasado mes de noviembre, con una ruta muy emotiva que protagonizaron el pequeño Miguel y su abuelo, ambos con movilidad reducida, como cuenta Cózar: “Nos dijeron que nunca habían podido visitar la finca del abuelo, que se encuentra entre Benadalid y Algatocín, y planteamos la opción de dar una vuelta por la finca, subir a la parte más alta, donde están las vías ferratas de Benalauría y Benadalid, que vieran el espacio donde se había criado el abuelo y el padre de Miguel”. La segunda de las rutas que el grupo acometió fue durante una prueba nocturna en Genalguacil que organizaba el Puraventura.

“Las sillas hicieron el recorrido prácticamente completo salvo la pasarela del Genal porque físicamente la silla no cabía por una zona y la tuvimos que rodear. Era un recorrido muy exigente, de noche, con el bullicio de la competición. Aunque ellos realmente no van compitiendo porque es algo más simbólico, una forma de reivindicar la inclusión en el deporte en la montaña de todos, pero están dentro de la dinámica de la carrera y fue muy bonito”, rememora.

Ildefonso explica que, gracias al proyecto, y al impulso de la Diputación de Málaga y Fundación La Caixa, los usuarios con movilidad reducida podrán conocer parajes como El Colmenar, Nerja, el Torcal de Antequera, La Laguna de Fuente de Piedra o El Torrecilla. Asimismo, aclara que, desde las fiestas navideñas, el grupo de voluntarios ha decidido hacer un pequeño parón a la espera de que mejore la situación sanitaria con respecto al COVID-19, por la mayor afectación que este escenario puede tener para personas vulnerables como los participantes en la actividad. No obstante, añade que el grupo espera reanudar las rutas a partir del mes de febrero y durante la primera mitad de 2022.

Los interesados pueden contactar con ellos a través de sus perfiles en redes sociales bajo el nombre “Málaga desde la silla”. Recalca que se trata de una actividad gratuita e informa del calendario: “Hay un calendario hasta el mes de junio, en el que un domingo o dos de cada mes, según la demanda. La idea es salir temprano y volver por la tarde”.