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La vuelta a las aulas en septiembre: incertidumbre y definición de protocolos COVID

El nuevo modelo tratará de involucrar a las familias de los alumnos en el aprendizaje de medidas de seguridad. // Juan Velasco

El Colegio Sagrado Corazón limitará el aforo de zonas en las que conviven los alumnos para actuar con mayor eficacia ante posibles contagios

María José García

El próximo 10 de septiembre los alumnos de Educación Infantil y Primaria volverán a las aulas en un escenario radicalmente distinto al que vivían el pasado mes de marzo, cuando la irrupción de la pandemia del COVID-19 interrumpió la actividad docente presencial. 

Estos días la comunidad educativa de los colegios e institutos rondeños trabaja en la definición de protocolos de actuación para poder garantizar una enseñanza en entornos seguros.

“Cuando empezamos a trabajar en la vuelta al cole es verdad que había muchas dudas sobre la mesa que poco a poco se han ido aclarando. En cuanto a infraestructuras, los centros, al menos en Andalucía, no tenemos que hacer grandes cambios”, explica Pablo Herrera, director del Colegio Sagrado Corazón Fundación Spínola. 

“Aun siendo alumnos del mismo colegio delimitamos las zonas de uso y de convivencia. No garantiza una seguridad al 100%, pero en caso de positivo nos permite reaccionar de forma efectiva y aislar parcialmente a algunos alumnos. Me atrevo a decir que el 100% de los centros educativos no teníamos recursos económicos ni infraestructuras para propuestas de desdobles que se hicieron en un principio y otro tipo de medidas”, reconoce el director del centro que abarca cursos desde Educación Infantil hasta 4º de ESO.

Las familias contarán con un peso importante en la adaptación al nuevo modelo: “Creo que esto es lo más moderado: intentar volver a la normalidad con los medios que tenemos, intentando que los espacios sean lo más seguros posibles con muchas medidas preventivas de higiene. También indudablemente formando e informando a los alumnos y a las familias, de cara al profesorado, para que puedan desarrollar su labor de la forma más normal posible”.

Los recursos digitales se convertirán en un aliado más a la hora de reanudar la actividad académica. Especialmente en caso de que se produzca una segunda ola que obligue a recurrir de nuevo a las clases telemáticas.

“El curso del 2020/2021 estamos en un escenario distinto en el que somos conscientes de que esa realidad podría volver a ocurrir y por tanto todos los recursos y toda la planificación pedagógica está planteada en dos escenarios: el presencial; y una opción no presencial a través de medios telemáticos. Si ocurre debe haber una alternativa: unificada, con cierta homogeneización en la forma de trabajar de todos los docentes, en la manera de evaluar a los alumnos”, valora Herrera.

El director considera que existe un alto grado de responsabilidad y de concienciación entre los más pequeños, pero que el uso de mascarilla puede plantear ciertos problemas. 

“Son muchas horas las que estamos en el centro, a lo mejor no en todo momento hay que hacer uso estricto de la mascarilla, pero sí en momentos puntuales hay que cumplir esa medida y habrá que explicarles que uno de los principios en los que nos basamos el próximo curso es la flexibilización. No queremos que la vuelta al cole se convierta en perseguir a los niños por incumplimiento o en criminalizarlos por no ser conscientes”, matiza el director.