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Erasmus+: “Ha sido la mejor experiencia de mi vida”

Los estudiantes rondeños pasaron cuatro días en la capital italiana. En la imagen, junto a El Coliseo. // IES Pérez de Guzmán

Durante un mes seis alumnos del IES Pérez de Guzmán han realizado un voluntariado en la localidad italiana de Avezzano, en el marco del programa europeo

María José García

El miércoles regresaba de Italia un grupo de seis alumnos del Instituto Pérez de Guzmán que ha pasado un mes en la localidad de Avezzano, en el marco del programa Erasmus+. Una iniciativa que permite a alumnos de ESO, Bachillerato y ciclos formativos aprovecharse de movilidades internacionales para mejorar sus competencias lingüísticas y fomentar el intercambio cultural.

Durante su estancia, los estudiantes, que en este caso han terminado 2º de Bachiller el curso pasado, han trabajado como monitores en un campus deportivo diseñando actividades y juegos para niños de entre 5 y 12 años.

“Algunas mañanas hacíamos yincanas con todos los niños en el campo de rugby; otras veces las monitoras incluso traían comida para despedir a quienes se marchaban o simplemente jugábamos al hockey, al fútbol, y demás con los pequeños”, cuenta Laura Rodríguez, una de las alumnas.

Del mismo modo, han tenido la oportunidad de visitar emblemáticas ciudades como Nápoles, Pompeya o Tívoli. Pero conocer Roma y ver en persona al Papa Francisco en El Vaticano ha sido una de las experiencias que más les ha marcado, según dicen.

Para Paula Pereila el viaje ha sido “la mejor experiencia” de su vida y, en lo que respecta al idioma, admiten que se han visto “obligados” a aprender nociones básicas de italiano, ya que tanto en el campus donde trabajaban como fuera de él los vecinos no eran muy duchos en español o inglés para mantener una comunicación fluida.

Tanto Pereila como Rodrigo Gómez, voluntarios del programa, coinciden en que la localidad no se caracterizaba tanto por su atractivo turístico como sí por sus zonas verdes, el carácter afable de sus gentes y el buen clima.

Todos ellos se muestran tajantes a la hora de recomendar a otros estudiantes que soliciten este tipo de experiencias. “Lo principal es que tengan ganas de aprender e ilusión. Al final es pasar un mes fuera, lejos de tu familia… Nosotros no sabíamos con qué compañeros íbamos a ir, ya que las plazas eran limitadas. Aun así, este viaje nos ha servido para tener paciencia, para empatizar, para convivir…”, resume Rodrigo.