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Confecciones Ordóñez cumple medio siglo de vida

Fachada de uno de los locales de Confecciones Ordóñez // CharryTV

Ni siquiera un aparatoso incendio en el año 2013 ha impedido que este comercio fundado por Manuel Ordóñez siga siendo uno de los más emblemáticos de Carrera Espinel

Paloma Gonzalez

Manuel Ordóñez Ruíz ya había trabajado muchos años en Tejidos Rincón pero su sueño era montar una empresa con su nombre. Su deseo se hizo realidad un 15 de junio de 1971 cuando en el quinto tramo de la Calle de la Bola abría sus puertas ‘Confecciones Ordóñez’.

“Son 50 años de satisfacción y desdichas, pero sobre todo de orgullo por haber podido atender a los numerosos clientes que hemos tenido en Ronda y en toda la comarca”, asegura Alfonso Barragán, yerno de Manuel y actual gerente del negocio.

La empresa comenzó su andadura en un local donde se vendía prácticamente de todo. Desde ropa para toda la familia hasta artículos de hogar, juguetes o colonias. Con el paso del tiempo, Manuel pudo adquirir un par de locales más para crear una gran tienda que poco a poco se fue especializando en moda para caballeros.

“Todo ha cambado. Al principio esto era como un pequeño rastro. Los pantalones se colgaban por todas partes pero es verdad que había menos variedad” recuerda Alfonso, añorando igualmente aquella época en la que la principal arteria comercial de la ciudad estaba abarrotada de comercios locales.

El fallecimiento de Manuel no supuso el fin del negocio ya que a su cargo quedaron su hija y su yerno. Sin embargo, un aparatoso incendio en marzo del año 2013 estuvo a provocar el cierre definitivo de la empresa. “Fue gravísimo. Lo perdimos todo. Tuvimos que empezar de nuevo con mucha dedicación y entusiasmo y, por supuesto, con la ayuda de los clientes” explica Barragán.

No ha sido tampoco fácil resistir estos últimos meses. A la guerra de los precios, la competencia de las grandes franquicias o la venta por internet hay que añadir también la crisis del coronavirus, cuyas consecuencias económicas han agrabado aún más los problemas que ya existían en la época pre-covid.

Sin embargo, Alfonso confía en que la empresa pueda seguir adelante durante muchos años más con una nueva generación. Su hijo, que también se llama Alfonso, será el encargado de continuar con el legado del abuelo: “El año que viene cumplo 65. No sé si me jubilaré o seguiré tutelándolo pero yo no quiero que se pierda porque a mi suegro le gustaría que siguiera el nombre, a mí también”.