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Reconectar con el origen a través del aceite

Han probado diferentes variedades de aceites extra virgen de producción propia. // CharryTV

Usuarios de las Hermanitas de los Pobres han participado por primera vez en una cata gracias a LA Organic

Paloma González

Alrededor de una veintena de usuarios del centro residencial de las Hermanitas de los Pobres participaron en la mañana de ayer en una cata de aceites en las instalaciones de la LA Organic, organizada por esta empresa productora y oleo turística, ubicada en los terrenos de La Amarilla.

Todos ellos pudieron probar diferentes variedades de aceite y dieron un pequeño paseo por el olivar. Una experiencia única para muchos de ellos ya que, a pesar de haber nacido y crecido en el campo, nunca habían realizado una cata de este tipo.

“Yo he trabajado el cultivo y sé de qué va la cosa. El olivo está muy bien tratado, los troncos y el ramaje se ven en muy buen estado y el suelo, que es fundamental, está perfecto. Creo que es de las pocas cosas que hoy en día se pueden ver relacionadas con el cultivo”, analiza Carmen Oliva.

También los hay que no han trabajado el campo, pero saben de lo que hablan. Es el caso de Pepe: “He tenido amigos con terrenos y los he visto trabajar muchas veces recogiendo aceitunas, pero nunca había probado el aceite de esta manera. Por cierto, los olivos están estupendos”.

“Nunca había hecho algo así. Me ha gustado mucho la experiencia y no creo que haya algo igual en otro sitio. Además, yo no he trabajado en el campo, pero los domingos nos íbamos en bicicleta a Benaoján, a Montejaque y a todos los pueblos que teníamos cerca porque nos encantaba la naturaleza”, explica otro de los residentes.

Y es que, además del exquisito aceite, todos ellos quedaron maravillados la decoración, el mantenimiento, la paz y la tranquilidad del lugar, así como sus vistas.

“Desde aquí estoy viendo el Cerro de las Salinas”, comenta uno de los mayores, natural de la pedanía de Los Padros. “Yo tuve que emigrar, pero soy de Grazalema y me crie en el campo cuidando cerdos. Esas cosas no se olvidan”, destaca otro residente apoyado en su muleta.

“Nosotros estamos encantados de tenerlos aquí. A mí, personalmente, me encantan estas catas porque aprendo muchísimo de las personas mayores y hemos invitado a todos los centros de Ronda”, asegura Úrsula de Campos, coordinadora de experiencia de LA Organic.

Estos mayores están tan encantados con la experiencia, que no les importaría volver, como mínimo, una vez al mes: “Yo no ando muy bien, llevo mi muleta y necesito ayuda, pero no me importaría venir las veces que hiciese falta”, afirma Josefa.

Pepi Jiménez, gerocultora del centro residencial, explica que estas actividades son muy beneficiosas para la salud de los usuarios porque les ayuda a sociabilizar, salir de su entorno cotidiano y disfrutar de algo que les gusta y que les trae buenos recuerdos.