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El Santo Entierro de Cristo regresa a las calles cinco años después

En torno a una treintena de horquilleros portaron a Cristo Yacente sin su tradicional urna. // María José García

En torno a una treintena de horquilleros portaron a Cristo Yacente sin su tradicional urna. // María José García

La última estación de penitencia de sus sagrados titulares ocurrió en 2017, y este año han estrenado el porte en parihuelas de sus imágenes

13 Apr 2022 - 15:00 // Charry TV Noticias

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Semana Santa de Ronda 2022 | Viernes Santo: Santo Entierro // CharryTV

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Tras cinco años, la Virgen de la Soledad pudo procesionar por las calles de Ronda. // María José García
Tras cinco años, la Virgen de la Soledad pudo procesionar por las calles de Ronda. // María José García

María José García

Cinco años después, los sagrados titulares de la Hermandad del Santo Entierro de Cristo volvieron a hacer estación de penitencia. Un lustro en el que tanto la lluvia como la situación por la pandemia obligaron a mantener bajo techo la lustrosa urna dorada del Cristo Yacente y a Nuestra Señora de la Soledad, y que en este 2022 han recorrido las calles de Ronda en unas parihuelas, dos tronos de menores dimensiones que los habituales, portados por 24 horquilleros cada uno de ellos.

Un desfile procesional difícil de olvidar para Miguel Becerra, al tratarse del primero que se produce durante su mandato como Hermano Mayor un Viernes Santo. Pero no fue ese un único estreno. Además, la hermandad dio hace meses con unas cruces que ya habían formado parte del cortejo en los años 60 y que se utilizaban como simbología del Calvario, que fueron restauradas y que incorporaron a la procesión del Viernes Santo, en el que otra de las imágenes llamativas fue ver al Cristo Yacente desprovisto de su urna dorada.

Semanas antes de esta jornada, Becerra rompía una lanza en favor de los capataces de las diferentes hermandades que, desde que arrancara el 2022, en un contexto aún incierto por los coletazos de la pandemia y por la desmotivación que se evidencia en el seno de algunas de ellas, han asumido el papel de convencer a cada uno de los integrantes de pasos y tronos para poder sacar a la calle a los sagrados titulares.

Becerra añade que las hermandades se han visto obligadas a arrancar de cero y apuesta por un trabajo incansable e incondicional para volver a encender en los hermanos esa “llama” que un día les hizo vincularse a su hermandad. “Sé que pronto esa llama volverá a iluminar nuestras vidas con una fuerza maravillosa. Lo que necesita ahora mismo el pueblo es tener a nuestras imágenes en la calle”, argumentaba.

Julia Ayala, Responsable de Comunicación de la Hermandad del Santo Entierro y Cristo Resucitado:

Y de repente todo paró y los corazones de los cofrades se rompían en mil pedazos cuando la noticia de que no habría Semana Santa se hacía cada vez más real. La pandemia fue un duro golpe para todos, pero creo que aún más para aquellos que vivimos la Semana Santa y la fe de manera tan intensa.

Al principio fue todo un cúmulo de emociones las cuales no sabíamos muy bien cómo manejar, pero como a mí me gusta decir, “el Barrio” es diferente. Averiguamos la manera de seguir viviendo la fe desde casa y lo conseguimos. Ayudando al prójimo, al que más lo necesitaba en ese momento.

Y así pudimos vivir nuestro particular “lunes de pedida”, creando la bolsa de caridad, en la que nuestros hermanos y amigos se volcaron, como no podía ser de otra manera. Y nuestros corazones, rotos, fueron uniendo sus pedazos, con el calor que nos llegaba de esas personas a quienes se ayudaba cada día.

Y así continuamos, bajo el lema “Ayúdanos a ayudar” hasta hoy, cuando por fin volvemos a lo que siempre hemos sido. Volvemos a la Operación Limpieza y a las tardes de vueltas por el Barrio para recoger túnicas y cíngulos, volvemos a la cuaresma que habíamos perdido, apreciando cada instante, que antes quizás, pasaba desapercibido y ahora cobra más sentido si cabe. Es un lujo poder orar junto a tus hermanos y poder sentir su calor.

Todo lo demás ha sido como si no hubiéramos tenido el parón, salvo por aquellos niños que ahora los vemos y nos sorprendemos de los mayores que están o por los que hoy nos faltan, pero que sabemos que están en la presencia del Señor. Y ahora que quedan escasos días para que todo empiece, solo tenemos nervios en el estómago y ganas de que todo empiece y nunca acabe, así que desde la Real Hermandad del Santo Entierro solo nos queda desear una Semana Santa 2022 llena de ilusiones y emociones y de fe, y así volver a sentirnos cofrades plenos un año más. 

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