El museo personal del cofrade José Antonio Amaya

Este gastoreño nos abre las puertas de su casa, ubicada en el Balcón de los Pueblos Blancos, con motivo de la celebración del Corpus Christi
El joven junto a una réplica de la Virgen del Rosario, en la planta superior de su viviendo.
El joven junto a una réplica de la Virgen del Rosario, en la planta superior de su viviendo.

Paloma González

El Gastor se prepara para celebrar una de las jornadas más importantes para este municipio y para el resto de Andalucía, ya que su Corpus Chisti ha sido declarado de interés turístico a nivel regional.

Este domingo, el Balcón de los Pueblos Blancos se engalanará, sus vecinos se vestirán de espigadores y los niños acompañarán al párroco, con sus trajes de la primera Comunión, por los diferentes altares que van a instalar en varias calles de la localidad.

Uno de ellos, es el de José Antonio Amaya Madrid. Este joven es una de las personas más conocidas en el pueblo por su fervor y devoción cofrade. Su madre, Reme, asegura que desde pequeño se ha sentido atraído por los Santos y las procesiones. Una afirmación que el propio José Antonio confirma:

“Es verdad. No sabría decirte en qué momento me empiezo a interesas por estas cosas. Sí recuerdo que con las cajas de la frutería de mi abuela recreaba pasos y tronos y la cosa, cada vez, fue a más”.

Tanto es así que, en la actualidad, ya en la treintena, ha transformado la planta superior de su casa en una capilla museo, con una gran cantidad de elementos cofrades con imágenes, enseres, rosarios y fotografías, entre otros elementos.

Es hermano de la Hermandad Sacramental Esperanza de Triana y cuenta con una réplica de la Virgen y del Cristo. “La Virgen la compré en la pandemia y el Cristo llegó un año después. Ambos salen en la que llamamos, “la procesión de los niños”, el Jueves Santo”, explica.

No obstante, a la primera que vemos al subir las escaleras es a la Virgen del Rosario. “Es una réplica que no exactamente igual, pero es muy importante para mí porque es nuestra patrona. Aquí hacemos cultos en fechas señaladas y las mujeres del pueblo, alrededor de una veintena, suben a rezar el rosario”, añade.

José Antonio también es hermano del Huerto de Ronda, del que ha sido costalero, aunque, por motivos de salud, ya no puede cargarlo el Lunes Santo. “Me gustaría decirle a mis amigos y compañeros de Ronda que les sigo teniendo muy presentes y aquí tengo fotografías y una réplica hecha a mano”.

Es compresible que todo el que suba se sorprenda. No usual este fervor. De hecho, ni siquiera él es capaz de explicarlo. “Es una emoción impresionante pero no tengo palabras”, asegura.

Todos saben que se trata de un sentimiento sincero, por lo que son muchos los gastoreños y vecinos de otras localidades que le realizan donaciones para que él las custodie o le ayudan a vestir a sus Santos.

José Antonio ya ha sido reconocido por el Ayuntamiento del municipio y nos invita a su pequeño, pero valioso templo. 

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