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La Guardia Civil libera a tres mujeres en Ronda, víctimas de una organización criminal

La organización se encontraba liderada por tres individuos de origen pakistaní, propietarios de las empresas y establecimientos, que dirigían y organizaban el entramado. // Guardia Civil.

Eran explotadas y obligadas a trabajar en condiciones precarias por una red que operaba en varias provincias

La Guardia Civil ha liberado a tres mujeres que se encontraban retenidas en Ronda en el marco de la denominada operación Salaria, la cual se ha resuelto con la detención de ocho personas y la investigación de otras tres su presunta pertenencia a una organización criminal que operaba en las provincias de Jaén, Murcia y Málaga.

Al parecer, la organización se dedicaba a favorecer la inmigración ilegal mediante la comisión de delitos contra los derechos de los trabajadores, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, falsedad documental, coacciones, usurpación de identidad y fraude a la seguridad social. Además de las tres mujeres de Ronda, han sido liberadas otras siete en Jódar, una en Jaén, dos en Cazorla y otras dos en Villacarrillo.

Según comunican desde la Guardia Civil, la operación se inició cuando se comprobó que, en un corto espacio de tiempo, se habían abierto más de una veintena de establecimientos de comida rápida en la provincia de Jaén.
Estos negocios llamaron la atención de los agentes ya que tenían escasa o nula actividad en los mismos y se comprobó que la mayoría de sus empleados eran pakistanís en situación irregular en España.

Finalmente, la Guardia Civil ha llevado a cabo 19 entradas y registros en inmuebles pertenecientes a la organización, y en dichos establecimientos, donde se localizaron documentación falsa utilizada para evitar posibles inspecciones y falsificar empadronamientos, contratos de alquiler y compraventa de inmuebles falsos.

La organización se encontraba liderada por tres individuos de origen pakistaní, propietarios de las empresas y establecimientos, que dirigían y organizaban el entramado. Otro grupo intermedio se dedicaba a controlar y trasladar a los empleados entre los diferentes establecimientos y viviendas, sirviendo de enlace entre los cabecillas y los empleados. Algunos de ellos desempeñaban la función de testaferros, siendo puestos a su nombre algunos de los establecimientos. Uno de los detenidos, de nacionalidad española, podría ser el encargado de la tramitación de expedientes.

Los empleados, por tanto, se encontraban en situación irregular y los detenidos aprovechaban su vulnerabilidad para captarlos con la promesa de conseguirles documentación legal en España. Además, les retenían su documentación personal para dificultar que pudieran moverse libremente.

Asimismo, eran explotados laboralmente, careciendo de contrato y contraprestaciones económicas por su trabajo, y las jornadas laborales excedían todos los límites legales y sin ningún tipo de descanso. Bajo el control de la organización eran alojados en viviendas carentes de las mínimas condiciones higiénicas, sanitarias y de habitabilidad, e incluso algunos trabajadores vivían en los mismos establecimientos de hostelería en los que trabajaban.

La organización era financiada por el dinero que las víctimas pagaban a cambio de su regularización, a costa de trabajar sin ningún tipo de cobertura legal ni remuneración. La operación “Salaria” ha sido llevada a cabo por la Guardia Civil de Jaén y dirigida por el Juzgado de Instrucción nº 2 de Jaén.