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Un rondeño en Gaza

Imagen tomada por Sánchez en la ciudad destrozada por las bombas. // CharryTV

José Antonio Sánchez volverá en unos días a la Franja para seguir ejerciendo como enfermero de Médicos Sin Fronteras

Paloma González

José Antonio Sánchez volverá a Gaza el próximo cuatro de enero para seguir ejerciendo como enfermero de Médicos sin Fronteras. El rondeño forma parte de la ONG desde hace más de una década, con la que ha recorrido buena parte de África y ha atendido a pacientes de todas las edades y condiciones, incluídas las víctimas de conflictos bélicos como el de Ucrania. En estos años ha presenciado los horrores de la guerra, las consecuencias del hambre y los traumas que provoca el miedo.

Ha vuelto a Ronda durante unas semanas para pasar las fiestas navideñas con su familia, pero en unos días regresará a la única zona segura de la Franja con el objetivo de seguir atendiendo a los cientos de pacientes que acuden a diario. 

“Todo está totalmente destrozado, con muchos escombros y sin un solo edificio en pie. Estamos hablando de un territorio de no más de 40 kilómetros de largo en el que habitaban más de dos millones de personas. Ahora nadie puede salir por lo que es una prisión permanente a la que además tampoco está llegando toda la ayuda requerida porque está siendo bloqueada por Israel. Hay kilómetros y kilómetros de camiones parados con comida, medicamentos y materiales básicos de construcción que no pueden entrar”.

Cabe recordar que desde que comenzaron los ataques de Israel en octubre de 2023 han fallecido más de 43.000 personas, de las que más de 13.000 eran niños y niñas. A ellas hay que sumar las más de 100.000 personas heridas y las 10.000 que se encuentran desaparecidas.

“Contamos con escasos recursos. Tenemos que curar las heridas de las bombas, pero también hacer frente a las enfermedades cotidianas y a otros problemas que están apareciendo derivados del conflicto, como la malnutrición y otras patologías relacionadas con la falta de higiene. Eso no existía antes de la guerra”.

Además, según los datos ofrecidos por la propia ONG, al menos 306 trabajadores humanitarios, la gran mayoría palestinos, también han muerto.

“No tengo miedo. Aunque se están saltando todas las leyes de la guerra, estoy preparado para volver y enfocarme en mi trabajo con la absoluta convicción de que nuestra intervención es necesaria. Además, tengo interiorizado de que en seis semanas regresaré a casa. Mis compañeros palestinos no tienen la misma suerte. Ellos sí que están en peligro porque al caer la noche se van con su familia. Algunos lo han perdido todo y aún así siempre regresan al día siguiente con la misma energía y dando lo mejor de sí mismos”.

MSF ha solicitado un alto al fuego inmediato, pero Sánchez no ve el final de la guerra por lo que permenecerá en Gaza todo el tiempo que sea necesario.

“Me encanta mi ciudad, pero no me veo trabajando en el hospital de Ronda, por ejemplo. Me llena lo que hago y me hace muy feliz, así que seguiré en Médicos Sin Fronteras, desplazándome a dónde sea que necesiten nuestra presencia”.