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"Es un orgullo haber podido aplicar nuestros valores para quitar de la calle a personas así"

El legionario de la X Bandera Millán-Astray, en el lugar donde acontecieron los hechos // Manolo Guerrero

El Caballero Legionario Pérez explica cómo impidió el robo a un hombre de unos 70 años a manos de un delincuente al que la Policía buscaba desde el 22 de diciembre

Manolo Guerrero

"Eran las diez de la noche, iba saliendo del cine junto a mi pareja y unos amigos y escuchamos a una persona pidiendo auxilio. Le estaban robando y le estaban pegando e intentamos acudir en su ayuda. Al llegar a la esquina con Monterejas neutralizamos al agresor. Se le redujo, aunque opuso bastante resistencia, pero estamos preparados y sabemos lo que hay que hacer en estos casos". Así explica el Caballero Legionario Francisco Pérez, encuadrado en la 3ª Compañía de la X Bandera Millán-Astray, perteneciente al 4º Tercio de La Legión, lo sucedido el pasado 28 de febrero. 

El agresor, de unos 40 años de edad, es un viejo conocido de la Policía. Pasó muchos años entre rejas tras matar a un hombre al que intentaba robar en una zona poco transitada del polígono El Fuerte. Éste se resistió y le plantó cara. Su respuesta fue propinarle un navajazo que acabó con su vida. 

Hace unos meses fue puesto en libertad y desde el pasado 22 de diciembre traía en jaque a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado tras la comisión de al menos otros tres robos con extremada violencia, siempre a personas de avanzada edad para aprovechar su superioridad física y habitualmente en calles poco concurridas y con escasa iluminación. 

La reiteración de robos de este tipo en una ciudad tan tranquila y segura como Ronda había provocado que se generase una gran alarma social, especialmente en Martínez Astein, calle Córdoba y aledañas, donde el delincuente había agredido a sus víctimas, en varias ocasiones causándoles heridas de consideración con una navaja. 

Junto al Caballero Legionario Pérez y sus acompañantes actuaron también varios ciudadanos, entre ellos el joven novillero Juan Carlos Molina, El Moli de Ronda, que pasaba en esos momentos por el lugar de los hechos. "Lo tuvimos ahí hasta que llegó la Policía Local. La escena no se puede describir con palabras, era una situación con mucha violencia", apunta el joven legionario. Varios testigos presenciales han destacado la valentía y decisión de quienes impidieron que este delincuente habitual volviese a salir airoso. 

"Como ciudadano y como legionario es un orgullo haber podido aplicar nuestros valores y haber contribuido a quitar de las calles de Ronda a personas así", ha indicado Pérez en declaraciones a CharryTV, añadiendo que nunca se había enfrentado a una situación similar en la vida real, "aunque sí habitualmente en la instrucción" en su trabajo como militar.

Con mucha humildad, este joven legionario natural de la localidad onubense de La Palma del Condado y destinado en Ronda desde hace cuatro años ha precisado que "lo que hice es lo que habría hecho cualquier ciudadano". Desde aquel día mantiene contacto con Miguel, el hombre agredido. "Está muy agradecido y la amistad es lo que nos vamos a llevar", concluye.