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El Comité de Alto Impacto aprueba la reapertura de la actividad no esencial en Ronda

Los hosteleros han sido uno de los sectores perjudicados por las medidas restrictivas en vigor desde finales de enero. // Juan Velasco

Profesionales de la hostelería y del comercio se preparan para acoger a la clientela este viernes, gracias a una menor incidencia del COVID-19 en nuestra ciudad

María José García

Para muchos rondeños el anuncio se hacía esperar, y finalmente el Comité Territorial de Alertas de Salud Pública de Alto Impacto de la provincia de Málaga ha determinado que los datos epidemiológicos de Ronda, con una tasa de incidencia acumulada que ronda los 700 contagios por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, le permiten reabrir su actividad no esencial desde este viernes 19 de febrero.

La medida entra en vigor la medianoche de este jueves, pero estos días los responsables de bares, restaurantes y establecimientos comerciales ultiman preparativos para su reencuentro con la clientela local. Podrán funcionar hasta las 18:00 horas, y mientras que los bares y restaurantes no podrán ocupar más del 30% del aforo en el interior, ni del 75% en sus terrazas, los responsables de comercios no podrán permitir una ocupación superior al 50% de sus establecimientos, vigilando el cumplimiento de las medidas higienico-sanitarias.  

Los negocios dedicados a la actividad no esencial se han visto obligados a mantener sus puertas cerradas desde el pasado 23 de enero, y en torno a un centenar de autónomos se movilizaron ayer para reclamar a la administración local ayudas directas ante las pérdidas que acumulan desde hace meses por la crisis derivada de la pandemia.

Pagos de la Seguridad Social de empleados en ERTE, suministros de electricidad, luz y agua, o el alquiler de sus locales son algunos de los gastos a los que han debido hacer frente los trabajadores de estos sectores a pesar del cierre impuesto de sus negocios.

Además han reiterado que las distintas ayudas anunciadas, con cuantías de hasta 1.500 euros, han resultado ser muy escasas, no se han hecho efectivas, o bien han excluido por sus circunstancias a los empleados más afectados por la crisis, como aquellos que por las circunstancias mantienen deudas.