Los Centros de Participación Activa de la Junta de Andalucía son espacios de promoción del bienestar de las personas mayores en los que se fomenta la convivencia, la integración, la participación, la solidaridad y la relación con el medio social a través de diferentes servicios, talleres y actividades.
El de Ronda cuenta con casi 3.000 socios y se encuentra en la calle Yeseros, muy carca de la plaza Carmen Abela. Resulta curioso que nuestros mayores ahora cantan, juegan al dominó o hacen ejercicio físico en las mismas instalaciones en las que pernoctó el mismísimo Miguel de Cervantes.
“Esta casa fue construida en el siglo XVI y se conocía como la Posada de las Ánimas. Al parecer, entre los huéspedes ilustres que se han alojado en ella se encuentra este escritor” explica el director del centro, Javier Jiménez, señalando la placa de la fachada.
Si bien la fachada apenas ha cambiado con el paso del tiempo, su interior se ha transformado, aunque a día de hoy se puede intuir aquella primera estructura ya que se conserva un pequeño escenario en la entrada, la zona de comedor y un salón con unas vistas espectaculares y poco conocidas del casco histórico.
En ellas, precisamente, están realizando actividades de movilidad. “Vengo siempre que puedo porque me ayuda a mantenerme ágil y me duelen menos los huesos”, asegura una de las usuarias después de lanzarle una pelota de goma espuma a su compañero.
En otras de las salas, se encuentran los integrantes de la Rondalla. Antonio Moreno es el responsable: “El origen es la Asociación Arunda y hemos creado un coro de mayores. Por supuesto, todo el quiera y esté comprometido puede unirse, no hace falta cantar bien ni tocar bien un instrumento. Nuestra intención es pasar un buen rato.
“Leo aquí el periódico todas las mañanas de lunes a viernes. Me gusta porque los tienen en papel y me entretengo. Lo que sí hecho de menos es bar”, apunta un señor mayor en la sala de la biblioteca. En este sentido, el director asegura que ya se está trabajando por recuperar el servicio.
En la planta baja, un grupo de mujeres están dando una clase de pintura, que también sirve para hacer ejercicios relacionado con la memoria. “Catorce años llevo en el centro. Me moriría si me lo quitaran”, afirma Lola, una de las alumnas.
Jiménez nos enseña otras salas que están habilitadas para dar clases de informática y de cocina. “Hace años se hablaba del Hogar del Pensionista o del jubilado, pero esto ha cambiado porque ahora lo que queremos es que nuestros mayores sigan siendo una parte activa de la población e integrada en la sociedad y por eso intentamos ofrecerles aquellas actividades que creemos que les van a resultar más útiles para su bienestar general ”.
Desde la dirección del centro animan a todas las personas mayores de 60 años a que se apunten como socios ya que la inscripción es gratuita.