Alonso Gil es el creador de ujo teatro, una plataforma online que lleva ofreciendo desde el pasado mes de marzo una serie de formaciones a cargo de artistas y profesionales de diferentes lugares del mundo.
El proyecto surgió como consecuencia de una experiencia personal. Este joven dramaturgo de 27 años se encontraba trabajando en Argentina cuando decidió volver durante un tiempo al pueblo para cuidar de su abuela Paca.
Estando en el municipio, salieron las bases de la convocatorio del festival internacional de microcine de Cultura Inquieta e Iberdrola y Gil decidió presentar una obra junto a su abuela. La propuesta, titulada Bendita Argentina consiguió el segundo premio.
“Estas circunstancias me llevaron a repensar de qué manera podía seguir vinculado al teatro y a las artes en general en esta intercomunicación que he desarrollado en todos los países a los que he podido viajar. En Argentina se llevan muchos los cursos online y siempre me han parecido espacios muy acogedores y amorosos pese a la distancia”, explica Gil.
Fue así como comenzó a organizar “talleres refugio” en esta escuela interactiva que congrega a artistas nacionales e internacionales.
“Pensamos que nunca es tarde para formarse en el arte y somos conscientes que la accesibilidad, ya no solo económica, sino también geográfica, ha sido siempre un limitante para acercar nuevos artistas y espacios de creación a pequeños pueblos, barrios o personas con bajos recursos. Gracias a nuestra estructura online conseguimos que una vecina de setenta años esté cursando nuestro club de lectura mensual o que jóvenes estudiantes de Cortes puedan establecer vínculos con otros estudiantes de España o Latinoamérica”, explica Gil.
De momento el balance está siendo muy positivo y ha invitado a todos los interesados a que consulten los talleres que se acaban de iniciar.
También cuentan con un club de lectura que se inauguró en junio al que han llamado La Hoguera porque proponen títulos diferentes y lecturas “que en otros momentos hubiesen estado condenados a la quema”.
Este cortesano ha vuelto a Buenos Aires, donde está trabajando en el que va a ser su primer largometraje documental, el cual mostrará la realidad de un pequeño pueblo ubicado en la frontera con Bolivia.