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The Good Life Brand: La marca rondeña de gorras premium para todos los públicos

Manuel y José María posan con algunos productos de la línea. // Jesús Ríos

El pasado verano Manuel Ortega y José María Guerrero emprendieron un negocio textil impregnado por una filosofía optimista que ha logrado una gran acogida

María José García

La pandemia del COVID-19 no ha sido óbice para que en el último año y medio afloren nuevos conceptos empresariales en el ámbito local, como demuestran los fundadores de la marca The Good Life. El pasado mes de junio Manuel Ortega Rivas y José María Guerrero, de 23 y 24 años respectivamente, decidieron compaginar su ocupación actual con un nuevo negocio enfocado en el sector textil y, más concretamente, en las gorras, algo que interesaba a ambos.

Estos dos “amigos de toda la vida” decidieron arriesgar pese al atisbar un mercado “saturado” y a las dificultades de sacar adelante un proyecto en un contexto económico al que aún lastran las secuelas de la crisis sanitaria. Bajo esta marca se engloban, además de gorras, sombreros tipo ‘bucket’, camisetas y sudaderas; productos que, en sus palabras tienen como factor común una “calidad premium”.

“Nuestras gorras tienen diseños exclusivos, cada uno de ellos diseñados por nosotros y son totalmente diferentes a lo que hoy en día se comercializa, además de los productos que estamos diseñando para la siguiente temporada”, avanza Guerrero, quien explica que, de cara a los meses estivales, The Good Life incorporará tanto gorras como camisetas con nuevos diseños, que estos meses se están confeccionando. Los jóvenes reconocen que la acogida por parte de la clientela ha sido muy favorable, logrando agotar el primer estocaje en poco tiempo.

Pero ¿por qué ‘The Good Life’ o La buena vida, en español? “Junto nuestro slogan ‘No limits, No places’, que quiere decir ‘Sin límites, sin lugares’, representa que para vivir una buena vida no existen límites ni lugares concretos, ¿a quién no le gusta la buena vida? Y nuestro logo [una cara sonriente] trata de aportar optimismo a la sociedad. Siempre hay que sonreír, y más en tiempos difíciles”, argumenta Guerrero.

Los emprendedores hacen hincapié en que no existe un único tipo de público al que orienten sus productos: “Nuestra marca es muy versátil ya que hasta el momento la están llevando personas de ambos géneros, diferentes estilos y edades. Son personas que, por lo general, buscan llevar un complemento original”. Recalcan que quienes adquieran sus prendas van a identificar “una calidad óptima en el tejido además de técnicas muy refinadas en los diseños que los componen”.

Los canales de venta más habituales son la página web (thegoodlifebrand.es) o su perfil de Instagram, donde aparece gente joven que lleva las prendas. Guerrero y Ortega tienen claro que en 2021 la imagen de un negocio en internet es su mejor escaparate.

“En estos tiempos es más fácil comercializar la marca online. Quién sabe si en un futuro tendremos tienda física. Lo primero que percibe el consumidor es la imagen de marca en internet. Cada vez estamos más digitalizados y consumimos más por esta vía, por eso es importante cuidar la imagen”, justifica Guerrero.
Los jóvenes añaden que contar con un buen perfil en redes sociales, con atención al cliente directa “genera confianza y facilita la compra como la resolución de cualquier incidencia”.