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Ana Duarte: “Hay que dar gracias a la vida por encontrar lo que te gusta hacer y poder ayudar a los demás”

La fisioterapeuta Ana Duarte visita nuestros estudios // Laura Caballero

La fisioterapeuta rondeña nos explica cómo se trabaja en el campo de la neurología infantil

Laura Caballero

La fisioterapeuta rondeña, Ana Duarte, se especializa en el tratamiento neurológico infantil. En su clínica atiende a niños con lesiones neurológicas y les ayuda a vivir la vida al 100%. Uno de sus pacientes no es tan niño como el resto, aunque lo han acogido como a uno más. Se trata del rapero Juan Manuel Montilla, El Langui.

Ana y Juanma se unieron como terapeuta y paciente a raíz de un compañero de profesión de ella. Uno de los síntomas que tratan en Aúpa, la clínica de Ana, es la espasticidad. Así se llama el último single del rapero de Pan Bendito, con el que quiere concienciar a su audiencia.

Al preguntarle a Ana qué es este síntoma, nos explica que afecta al sistema funcional, directamente en la musculatura. “Hace que se vuelva tensa y no funcione bien porque hay mucha rigidez articular, lo que hace que no se llegue nunca al arco que necesita esa musculatura para hacer la función”.

La fisioterapia neurológica se basa en el funcionamiento del cerebro. “Nosotros actuamos previniendo o adelantando los movimientos para hacerle integrar, desde otra neurona, las funciones que debería hacer”. Su objetivo es conseguir el cien por cien de cada paciente, que es distinto para cada persona.

Ana Duarte resalta la importancia de empezar con los tratamientos fisioterapéuticos a una temprana edad, ya que puede significar una mejora a largo plazo para la persona tratada. “Cuanto antes empieces, mejor. Sé que Juanma tendría otro tipo de patrón o estaría de otra forma si hubiese empezado desde más pequeño”, afirma.

Apasionada de un trabajo que no deja de ser muy duro. “Psicológicamente es duro, tienes que darte muchísimo. Psicológicamente tienes que estar preparado”, admite. Distingue la recuperación de una lesión rápida, con el trabajo que ella ejerce: tratar a niños casi desde que nacen. “También tiene que estar preparada la familia, porque no es fácil”.

Ana explica que desde los centros médicos son demasiado agresivos a la hora de dar los diagnósticos. “Desde aquí, quiero aprovechar para decirle a mis compañeros que están alrededor de un bebé recién nacido, y una familia, que sean más empáticos”, dice.

Desde la clínica de fisioterapia animan a las familias a vivir su viaje, uno distinto pero igual de maravilloso. “No tenemos que pensar que porque haya personas diferentes o con distintas capacidades, no vayan a ser felices. Es un error”, afirma. 

Aun así, Ana no cambiaría su trabajo por nada. Ha encontrado lo que le apasiona hacer. "Hay que dar gracias a la vida por encontrar lo que te gusta hacer y poder ayudar a los demás".