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Un estudio evidencia que la mitad de los jóvenes LGTBI rondeños no revelarían su orientación sexual

El 16% de los encuestados pertenecen al colectivo LGTBI // CharryTV

La Asociación Serranía Diverxa ha encuestado a alumnos de secundaria de la ciudad

Paloma González

El 80% de los jóvenes de 12 años no se atrevería a revelar su orientación sexual de no ser heterosexual. Así lo ha reflejado el estudio que ha realizado la Asociación Serranía Diverxa relacionado con la educación sexo afectiva entre alumnos rondeños de secundaria.

A través de un cuestionario, se han obtenido conclusiones que han puesto de manifiesto el miedo y la inseguridad que sienten muchos adolescentes por su orientación sexual.

Por ejemplo, el 50% de estos menores han presenciado algún tipo de acoso o bulling hacia otro compañero. “Hay muchas formas de hacer daño. La violencia verbal es la más común y es de las que más duelen porque a edades tan tempranas aún hay gente que se está descubriendo. Ni siquiera se han mantenido en la mayoría de los casos relaciones sexuales. Es más, el 85% de los encuestados sólo conocían un método anticonceptivo o ninguno”, explica el vicepresidente de la asociación, Adrián Ruiz.

Laura García, tesorera, no entiende cómo es posible que en pleno siglo XXI en las escuelas o en los institutos se sigan utilizando palabras con connotaciones despectivas como maricón o mariquita para insultarles a ellos y marimacho o tortillera si se dirigen a ellas:

“La sociedad ha avanzado, pero aún queda mucho trabajo pedagógico por hacer. La educación es fundamental y es importante que las familias den ejemplo de tolerancia y respeto a los pequeños prácticamente desde que nacen”.

En alumnos más mayores, de entre 15 y 16 años, los datos mejoran, aunque están muy lejos de lo deseado ya que el 58,6% asegura que no se atrevería a decir en clase que no es heterosexual. Sin embargo, Ruíz matiza que muchos de ellos sí que lo comunicarían en su entorno familiar. De hecho, el 16% de los encuestados pertenecen al colectivo LGTBI.

Otro dato llamativo es que ellas, las chicas, son más atrevidas a la hora de hablar de su orientación sexual. “Tenemos más referentes locales. Eso es muy importante. A pesar de que cada vez vemos más familias monoparentales, en nuestra ciudad es más común ver a dos mujeres de la mano paseando por la calle La Bola que a dos hombres. Además, el movimiento feminista también está ayudando a las mujeres a expresarse y vivir libremente”, añade Zaira Ordóñez, presidenta de Serranía Diverxa.

En la asociación consideran que los resultados obtenidos con este estudio son muy preocupantes y acaban derivando en problemas de salud mental o en una huida a la desesperada a localidades más grandes donde exista una comunidad más amplia de personas que les entiendan y les toleren tal y como son.

“En ciudades como Málaga, Sevilla, Madrid o Barcelona puedes sufrir acoso y rechazo, pero vas a pasar más desapercibido entre tanta gente; no se van a fijar tanto en ti por lo que puedes ser más libre”, destaca Ordóñez.

Es por ello que muchos de los jóvenes universitarios deciden instalarse de forma definitiva en otros municipios no sólo por una cuestión laboral sino personal.

“La Universidad ha supuesto una liberación en muchos casos. En los cuatro años de instituto, los heterosexuales comienzan a establecer relaciones de pareja, construyen su identidad, etc. En cambio, las personas que forman parte del colectivo LGTBI lo hacen después, cuando salen de Ronda. Pero hay personas que no se van a estudiar fuera y no tienen esa oportunidad”, asegura el vicepresidente de la asociación.