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“Me lleva tanto tiempo hacer los mantones que es como si fueran mis hijos, les coges cariño”

Solís se inició en el bordado desde que era prácticamente una niña, por influencia familiar. // María José García

La manriqueña Rosario Solís lleva casi tres décadas exponiendo en Ronda auténticas reliquias de artesanía textil, entre ellas piezas que datan de 1900

María José García

La bordadora Rosario Solís es natural de Villamanrique de la Condesa, Sevilla, pero una parte de su familia la vincula a Ronda y es responsable, de alguna manera, de que en 1993 inaugurara en la Casa de la Cultura su primera exposición de mantones y mantoncillos bordados a mano.

Una disciplina en la que esta manriqueña es toda una experta, ya que creció entre talleres, hilos y tejidos, en el seno de una familia dedicada a este sector en Villamanrique. Rosario explica que fue un virrey mexicano, Don Álvaro Manrique de Zúñiga, quien importó los mantones al municipio hispalense desde China. De lo poco que en la historia se ha escrito sobre mantones, asegura, ha ido recabando información que el próximo mes de octubre publicará en un nuevo libro.

En él descubriremos los mantones costumbristas, los que vestían las cigarreras gitanas de la Fábrica de Tabacos de Sevilla, o qué debe tener una de estas prendas para ser un mantón isabelino.

Solís cursó Bellas Artes y, aunque confiesa que su marido por aquel entonces no quería que trabajara, cuando sus hijos se fueron haciendo mayores, insistió en volver “al bordado”, que realmente nunca había dejado atrás. Comenzó a impartir talleres de la Junta de Andalucía a jóvenes de entre 18 y 25 años en este arte; y esta experiencia la catapultó a un escenario internacional: Con sus exclusivas piezas recorrió, además de España, Marruecos, Italia o México, presentes en muestras y desfiles.

La bordadora es consciente de que la artesanía de los mantones y mantoncillos se pierde a marchas forzadas. “Esa es mi pena”, admite, y lamenta que la juventud ha perdido el interés por esta materia. “Cuando estábamos en los talleres de Villamanrique, las niñas con 14 años salían del colegio y se metían en el taller, para aprender a bordar. A la que le gustaba seguía bordando. Pero ahora les dices: ¿Vas a venir a bordar? Y dicen ‘yo no’. Y las madres se quedan tan tranquilas. En ese plan, ya se ha perdido”, añade, y sostiene que las que quedan en este mundo es por pura vocación.

Reconoce que, pese a que expone algunas de sus piezas para su compra, muchas veces no quiere que se los lleven, por el trabajo que le ha supuesto: “Todo lo que hago, los mantones y todo es como si fueran mis hijos, porque me llevan tanto tiempo que les cojo cariño. Monto las exposiciones, pongo los mantones y viene una y dice ‘Qué bonito’. Y no quiero que se los lleven, porque llevas tanto tiempo tratando con él, todos los días, con tanto cariño…Son obras de arte, el mantón es una obra de arte”.

Hasta el 4 de septiembre, en el Convento de Santo Domingo, es posible visitar la exposición de mantones y mantoncillos, entre los que se cuentan auténticas joyas, como dos mantones de 1900, peinetas y abanicos hechos a mano. La muestra incluye trajes de todas las presidentas de Damas Goyescas entre 2008 y 2019; así como el traje goyesco que vistió Pepita Gamero cuando fue Presidenta de las Damas en 1993, cuando Rosario trajo su colección a Ronda por primera vez para exponerla. Rosario Solís añade que la exposición no sería posible sin el apoyo del bailaor rondeño Miguel Lorca y de algunas de sus amigas, como Popi o María López, que la ayudan en cada detalle de la misma.