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Uno de los carros de limpieza más originales de Andalucía se encuentra en Ronda

Esta limpiadora ha decorado su carro con todos los regalos que ha ido recibiendo a lo largo de los últimos siete años. // Paloma González

Conchi ha coleccionado más de 60 figuras que ha encontrado en la estación de tren o que le han regalado viajeros y usuarios

Paloma González

Conchi Martín lleva casi dos décadas trabajando como limpiadora en la estación de tren de Ronda, pero comienza a ser conocida internacionalmente gracias a su carro de limpieza, el cual ha customizado con muñecos de diferentes tamaños que los propios viajeros le han ido regalando.

Todo empezó hace unos siete u ocho años cuando se encontró un pequeño juguete en el banco de uno de los andenes y decidió guardarlo por si algún pequeño lo reclamaba.

Pero eso no ocurrió, así que decidió quedárselo y pegarlo en el carro. A los pocos días, se encontró otro y lo colocó junto al anterior.

“Entonces llegaron unos niños y al verlos, me regalaron uno que ellos llevaban para que también lo pusiera en el carro de la limpieza. Días después, otro pequeño me trajo otro y al final se animaron hasta los abuelos, que me daban las figuras que sus nietos iban dejando olvidadas en sus casas”, explica.

Y así, esta limpiadora ha llegado a coleccionar hasta 60 elementos procedentes de diferentes partes del mundo.

“Tengo algunos detalles de un vecino de Gaucín que hace cestos de mimbre, un edificio de Londres, otro de otra ciudad europea, muñequitos que me han dado turistas extranjeros… En el anterior carro tenía más. Este es nuevo y no caben tantos, pero le pediré a la empresa uno más grande si es necesario”, bromea.

Además, el carro de la limpiadora de Ronda ha traspasado fronteras ya que, según nos cuenta, una escritora japonesa lo fotografió para incluirlo en un libro de cuentos. “No he llegado a verlo, así que no te puedo decir el título, pero imagino que sí lo incluyó. De hecho, me han contado que han llegado a verlo en alguna exposición".

Conchi se ha ganado el cariño de todos los usuarios de la estación por su simpatía y bondad, por lo que algunos incluso le han regalado varios muñecos de peluche para que también customize su uniforme. Es una de esas personas agradecidas con la vida que realizan su trabajo con una sonrisa permanente:

“Hay mucha gente pasándolo mal. Las personas que cogen un tren no siempre lo hacen para ir de vacaciones; algunos viajan por trabajo, otros por cuestiones más tristes como un fallecimiento de un familiar o para visitar a un ser querido que está enfermo. Mi labor es mantener la estación limpia, pero no me cuesta nada aportar un poquito de felicidad a las personas que pasan por aquí”, afirma.

El “carro tuneado”, como Conchi lo llama, ha hecho reír a muchos adultos, ha llamado la atención de numerosos pequeños y es un baúl de recuerdos personales con mucho valor para ella, por lo que está decidida a seguir coleccionando figuras en los próximos años.