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El curso del examen de Selectividad más incierto

Lucía, María Esperanza, Paloma y María afrontan con optimismo el nuevo modelo de examen pese a los cambios que este sufrirá respecto a otros años. // CharryTV

Lucía, María Esperanza, Paloma y María afrontan con optimismo el nuevo modelo de examen pese a los cambios que este sufrirá respecto a otros años. // CharryTV

Alumnas de 2º de Bachiller de los cuatro institutos rondeños nos acercan las circunstancias excepcionales en que se desarrollará la prueba, del 7 al 9 de julio

08 May 2020 - 11:30 // Charry TV Noticias

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"Como este trimestre únicamente se va a subir nota, es más fácil obtener una media más alta que la normalidad de antes, no creo que se haya relajado la formación pero ahora mismo es bastante más fácil de lo que era antes aprobar y sacar nota", cuenta Lucía. // Lucía Marín


"Me gustaría ayudar a promover la lectura y con ella el espíritu crítico, siempre me han demostrado que así es como se consigue la libertad y el crecimiento ético y personal de uno mismo. Creo que el estudio de las ciencias es importante, son el avance, pero las humanidades las considero imprescindibles, en la vida no todo es matemático hay valores abstractos como la creatividad o la ética", afirma Florido. // María Esperanza Florido


"Pienso que la actitud positiva de los profesores ha ayudado a que muchos nos mantuviéramos más tranquilos ante toda esta situación. Eso sí, sí que se han preocupado bastante por mantenernos informados con artículos fiables sobre el virus y las medidas de seguridad que teníamos que tener", informa Paloma. // Paloma Ceballos


"Por lo pronto solo nos queda centrarnos en Selectividad y en dar lo mejor de nosotros, poco más podemos hacer. Nos agobia tanta incertidumbre, sí, pero esperamos que de aquí a septiembre se tome una decisión", admite María. // María Cuevas

María José García

Los alumnos de 2º de Bachillerato preparan estos días desde casa una Selectividad sin precedentes, que sufrirá modificaciones de calado respecto a años anteriores ante la evolución de la pandemia del COVID-19.

En primer lugar, retrasa su celebración, que será del 7 al 9 de julio, algo que ya conocíamos. Sin embargo, ayer la Comisión Coordinadora Interuniversitaria de Andalucía, encargada de la organización de la Prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (PEvAU), dio más detalles sobre los cambios en la prueba.

Tan solo habrá un modelo de examen por asignatura, con un mayor número de preguntas para elegir. Se mantiene en 90 minutos la duración de cada examen, con un descanso entre pruebas de, al menos, 30 minutos.

Los estudiantes se han visto obligados, desde el 16 de marzo, a seguir las clases por vía telemática con una mayor flexibilidad a la hora de gestionar sus horas de estudio, algo que ha repercutido directamente en su rendimiento.

“Corre de tu propia cuenta si quieres estudiar o no, porque es muy fácil copiarse, y por otro lado, como este trimestre únicamente se va a subir nota, es más fácil obtener una media más alta que de antes”, cuenta Lucía Marín, alumna del Bachillerato de Sociales del IES Pérez de Guzmán.

“Es un esfuerzo abismal el hecho de tener que exigirte a ti mismo lo mismo que en el instituto y además lo peor es que como no llevas el mismo ritmo que al estar dando clases presenciales, no tienes muy coordinados los horarios de estudio”, explica Lucía.

“En asignaturas más prácticas y menos teóricas como física, matemáticas, química… echamos de menos tener al profesor delante en la pizarra explicando. Tenemos la suerte de que nos ha tocado vivir esto con una plantilla de profesores muy competente, que están en su mayoría haciendo todo lo que pueden por ayudarnos a sacar el curso lo mejor posible, pero no es lo mismo”, asegura María Cuevas, que estudia el Bachillerato de Ciencias de la Salud en el IES Martín Rivero. 

En este aspecto coincide Paloma Ceballos, alumna de esta misma rama de Bachiller en el IES Rodríguez Delgado: “Los profesoras intentan hacer lo que pueden con los medios de los que disponen, pero hay asignaturas sobretodo de ciencia, que no se pueden explicar hablando a una cámara, y que aunque te enseñen una imagen de un problema resuelto, a veces resulta complicado entender el procedimiento que se ha seguido. El problema no es de los profesores, el problema es que casi nadie en su casa tiene medios para hacer clases online que realmente funcionen”.

María Esperanza Florido, estudiante de Humanidades en el IES Gonzalo Huesa, considera que este curso se fomenta una rivalidad insana entre los alumnos: “Para mí, lo ideal sería que en Segundo de bachiller aparte de buscar la máxima nota se potenciara entre alumnos la idea de aprender, ser más curiosos y valorar mejor el hecho de educar para no terminar viviendo en la caverna de la ignorancia como diría Platón y mi profesora de filosofía”.

Las alumnas están de acuerdo en que, como asevera Cuevas, “las clases presenciales son infinitamente más eficientes”. “Claro que se puede aprender de manera telemática pero personalmente creo que los conceptos y métodos se interiorizan mejor cara a cara”, añade Florido. “Al final estamos siguiendo más o menos el ritmo de las asignaturas, pero creo que estamos perdiendo una base importante”, admite Ceballos.

Con todo, las estudiantes no creen que este año la exigencia de Selectividad sea más laxa. “No creo que la prueba sea menos exigente por esto. No hemos dado el temario en las mismas circunstancias que los alumnos de otras ediciones, por lo que es normal que la prueba no se realice bajo las mismas directrices”, argumenta Cuevas.

“Es verdad que vamos a tener mucho más tiempo de preparación y que si has dado todo el temario vas a tener la ventaja de poder unir en el examen todas la preguntas y temas que se te dan mejor, reconoce Paloma. Lucía opina que la situación será extrapolable al resto de comunidades: “Se van a dar más opciones aquí en Andalucía, y en Madrid y Cataluña… Entonces seguimos compitiendo todos contra todos, y es una facilidad que les están dando a toda España”.

Por último, se abre otra gran incógnita: cómo será el primer año de universidad. Lucía quiere estudiar Relaciones Internacionales, María Esperanza Filología Hispánica para dedicarse a la enseñanza; María, Estudios Franceses con Educación Primaria; y Paloma un doble grado en Telecomunicaciones y Administración y Dirección de Empresas (ADE).

“Me inquieta bastante el próximo año, porque quien quiera ir a la Universidad es algo que tiene inculcado desde primaria, es como un sueño al que quieres ascender desde hace tanto tiempo, y puede que ni si quiera te cambies de ciudad”, reflexiona Lucía.

“Supongo que todos los adolescentes idealizamos en cierto modo la vida universitaria, la unimos directamente al concepto de libertad, de madurez, de novedad, pero la vida ha cambiado para todos y nadie tenía esto planeado. La idea que tenía de nueva etapa se ha disuelto un poco, pero sigo con la misma ilusión y estoy segura que esto después pasará a ser una anécdota más que pueda contar”, sentencia con optimismo Florido.

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