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Un sueño hecho realidad: Ezequiel León abre su propia escuela de equitación en Ronda

El rondeño es el responsable de este centro de equitación, ubicado en la antigua finca El Noque., a unos diez minutos en coche de la ciudad. // Nacho Garrido

El Club Hípico de Avilés abrió sus puertas a finales de año y ya cuenta con una treintena de alumnos

Paloma González

Ezequiel León Guerrero es uno de los mejores jinetes de nuestro país y así lo demuestra su extenso palmarés en sus más de 25 años de carrera profesional en los que ha conseguido un campeonato del mundo en SICAB y alta escuela, el andaluz y el nacional en equitación de trabajo (formando parte del equipo de la Federación de Andalucía de esta disciplina) y el campeonato de España en alta escuela, entre otros muchos títulos y reconocimientos.

Además, es juez oficial, organiza espectáculos ecuestres y ha sido el formador y profesor de la Policía Montada del Reino de Bahréin. En noviembre, nos contaba que quería instalarse en Ronda para cumplir un sueño: crear su propia escuela de equitación. Apenas unos meses después, el Club Hípico de Avilés ya es una realidad.

Situado en la antigua finca El Noque, abrió sus puertas a finales de diciembre y ya cuenta con una treintena de alumnos. “Estoy muy contento porque me he encontrado con una cantera muy buena que, además, quiere competir”, explica León. La edad de sus jinetes comprende desde los 7 hasta los 60 años, ya que, como dice Ezequiel, no hay una edad determinada para aprender a montar. La gran mayoría, casi todas chicas, procede de otros municipios como Alcalá del Valle, Arriate o Grazalema.

“Casi todas llegaron con un nivel bajito, así que hemos comenzado con una base de Doma Clásica, pero la idea es poder practicar otras disciplinas como Doma Vaquera, Alta Escuela o Equitación de trabajo”. De hecho, León confía tanto en sus alumnos que esperan poder realizar a finales de este mes, coincidiendo con el Día de Andalucía, una especia de gala inaugural en la que los jinetes y las amazonas del club puedan realizar un espectáculo ecuestre:

“Las clases son individuales, pero sí que hacemos algunas prácticas en grupo de cara a poder montar algo en el que participen todos. Y lo sorprendente es que hay ejercicios que la Policía Montada de Bahréin tardé casi seis meses en realizarla de manera correcta y ellos lo están pillando a la primera”.

Además, están como locos por conseguir cuanto antes el nivel necesario para poder participar en alguna competición, aunque aún no tienen muy claro si podrán participar o no porque no se han publicado los calendarios territoriales de las diferentes federaciones del país. “Si tengo confirmada mi participación en un concurso en Soria, al que iré con dos caballos, y puede que alguno de ellos se estrene allí”, añade.

En cualquier caso, Ezequiel León asegura estar muy contento y agradecido con la acogida que ha tenido el centro, el cual cuenta actualmente con más de una veintena de caballos propios. A ellos hay que sumar los que llevan los propios alumnos y las yeguas de cría. “Hemos trabajado mucho y muy rápido para poder ofrecer un servicio de calidad y poder comenzar cuanto antes. Mucho esfuerzo, pero está mereciendo la pena”.

Telma y Adriana, hermanas y futuras amazonas profesionales

Telma Pérez tiene 15 años y es de Grazalema. Lleva desde los cinco años montando a caballo y ya ha conseguido un quinto puesto en una copa andaluza. Antes entrenaba en Utrera, pero ahora se desplaza hasta el término municipal de Ronda para montar a Zafiro, un pura raza español de nueve años al que compraron hace sólo unas semanas.

“Era muy nervioso, pero gracias al trabajo que está haciendo Ezequiel está mucho más tranquilo. Además, es muy buen maestro y me encuentro muy a gusto en esta escuela”. Telma va al club los miércoles, pero no lo hace sola. Le acompaña su hermana Adriana, de 12 años. Ella también siente un gran amor por los caballos, aunque no tiene uno propio: “Lo que no nos pueden dar las personas nos lo dan los caballos. Una persona te puede fallar; un caballo, no”.

Ambas quieren ser amazonas profesionales. El padre, José María, se muestra encantado: “No sabría decirte de dónde viene la afición. Mi mujer sí que ha montado a caballo, pero no nos dedicamos a esto. Desde que tienen uso de razón, están como locas con los animales y a mí me parece una afición muy bonita. Además, las dos están muy contentas y eso es lo más importante”.

Aunque reconoce que no es algo asequible para todos los bolsillos y hay que dedicar mucho tiempo, el papá de las hermanas Pérez confía en León, a quien describe como “un profesor fenomenal” y está seguro de que “las va a llevar lejos”.