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Francisco Lobo: “Volverá a ocurrir algo parecido y tenemos que estar prevenidos”

Este parque infantil quedó anegado de barro el pasado 14 de noviembre. // CharryTV

Jimera de Líbar trata de reponerse de la riada. Mientras su alcalde anuncia nuevas medidas preventivas, en la empresa Cárnicas Domínguez Medina miran con esperanza al futuro

Paloma González

Jimera de Líbar fue uno de los municipios de la Serranía de Ronda más afectados por la DANA el pasado 14 de noviembre. Aquel jueves, la entrada al pueblo quedó completamente inundada en cuestión de minutos. Un acontecimiento sin precedentes que sorprendió al propio Ayuntamiento.

“Era imposible imaginar algo así. De hecho, hemos preguntado a las personas más mayores y ninguna recuerda nada parecido en esta zona del pueblo. Yo me he criado en ese arroyo y jamás había pasado eso. Sí tuvimos un episodio similar en la Estación en el año 2018 cuando se inundaron 70 viviendas. De hecho, ya se había aplicado el dispositivo de seguridad y habíamos desalojado a los vecinos de la zona aquella mañana como medida preventiva”, explica el alcalde, Francisco Lobo.

Sin embargo, fue en el entramado urbano, concretamente en la entrada de la localidad, donde se produjo una riada en cuestión de minutos.

“Empezó a llover y, de repente, la calle se convirtió en un río, el parque quedó anegado, el agua cortaba el puente de acceso y la fábrica comenzó a inundarse” explica Mayte Domínguez, una de las responsables del negocio familiar Cárnicas Domínguez Medina.

Esta empresa fue la más perjudicada por la riada. El barro anegó la planta baja de sus instalaciones, destrozó la maquinaria y echó a perder los productos en plena campaña de Navidad. Sus dueños calculan que los daños materiales superan los 200.000 euros.

Mayte, que también ha sido alcaldesa de la localidad durante muchos años, no puede evitar emocionarse al recordar aquel día:

“Mi padre estaba abajo y me asusté porque no podía evitar pensar en lo que había pasado en Valencia. Tenía mucho miedo porque el agua superó el metro de altura. Afortunadamente nadie salió herido, pero lo hemos perdido prácticamente todo”.

No obstante, la hija de Alonso se siente profundamente agradecida por el apoyo recibido durante estas semanas.

“En el mismo momento en el que dejó de llover, todo el pueblo bajó a ayudarnos a quitar el barro. Hasta los niños. También nos han prestado varias máquinas y los clientes y proveedores están siendo muy generosos porque nos están dando todas las facilidades para afrontar los pagos. La gente se está volcando con nosotros.”

Además, la generación más joven de la familia ha decidido involucrarse en el negocio de manera activa y crear nuevas herramientas de venta y promoción, como una página web con tienda online y perfiles comerciales en las diferentes redes sociales.

“Eran ideas que teníamos en mente, pero nunca teníamos tiempo de ejecutar. Es otro motivo para ser positivos y pensar que, después de 50 años, vamos a seguir adelante”, añade Mayte.

Por su parte, el regidor también asegura haber tomado nota de lo sucedido pues está convencido de que este tipo de acontecimientos volverán a suceder.

“Esto va a ocurrir otra vez, porque el cambio climático es una realidad y tenemos que estar prevenidos. Por ejemplo, el parque infantil, donde taponó todo, lo vamos a quitar de ahí para que el agua pueda ir directamente al arroyo. Ya aprendimos la lección en la estación y ahora vamos a estudiar qué podemos hacer aquí en el pueblo para que se inunde”.

En este sentido, Lobo demanda una mayor implicación por parte de la administración central para poder financiar los desperfectos que ha provocado el agua en las infraestructuras públicas, los cuales, según el alcalde, podrían superar el millón de euros.

Eso sí, el regidor ha mandado un mensaje de agradecimiento a todas las instituciones, voluntarios, cuerpos y fuerzas de seguridad que ha intervinieron de manera inmediata. “Vamos a mandar unas cartas porque creo que se lo merecen, especialmente nuestros vecinos, que han demostrado estar a la altura”, añade.