En el número 5 de la calle Sevilla se encontramos Almu’s Coffee & Bar, el negocio de Almudena García. Con más de veinte años de experiencia en el sector de la hostelería, abrió su propio establecimiento en mayo de 2024 gracias a la ayuda y al apoyo de su familia. “Empecé a trabajar muy jovencita y siempre había tenido muchas ganas de tener algo propio. Fue mi marido el que me dio el empujoncito que necesitaba para animarme”, asegura.

Esta emprendedora jamás olvidará el fin de semana de la apertura, al coincidir con la celebración de la prueba de los 101 kilómetros de La Legión en Ronda. “Gracias a Dios tuvimos muchísimo trabajo, pero imagínate lo que fue aquello…”.

García explica que emprender conlleva una gran responsabilidad pues, más allá de las tareas de gestión que debe atender como jefa, también hay que saber encontrar el equilibrio perfecto entre lo que se quiere ofrecer y lo que el cliente demanda:

“Para mí es muy importante que el cliente se sienta como en casa, ofreciendo productos de calidad a precios asequibles. Esto no siempre es fácil, pero puedo decir que me siento profundamente afortunada y agradecida con la acogida y el cariño que estamos recibiendo”. Aunque los comienzos fueron duros, ha crecido tanto en apenas un año y medio que ya cuenta con dos empleadas y no cierran ningún día, ofreciendo desayunos y meriendas.

A ello hay que sumar una zona infantil en el interior del local. “Los niños son niños y tienen que jugar, gritar y moverse. Son ellos los primeros que nos recomiendan o los que piden venir aquí. Eso es un orgullo”, asegura. Este espacio cuenta con una colchoneta y diferentes juegos. “Después de las Navidades vamos a hacer un pequeño cambio, destinando un par de días en semana un horario exclusivo para bebés”.

Otra de las razones que empujaron a esta empresaria a crear su propia cafetería fue, precisamente, su pequeña hija Almudena, la cual es intolerante a la lactosa y para ellas suponía un problema comer fuera de casa. “Por eso mi primera preocupación fue encontrar los mejores productos. Sólo trabajamos con panes artesanales, como el mollete montejaqueño o los sin gluten de Pikito Bakery.  Nuestra intención es que todo el mundo pueda merendar y lo tenemos casi conseguido porque hay muchas alergias e intolerancias”, señala.

Asimismo, el café es sin torrefactos y cuentan con una amplia variedad de té y café ecológico, sin torrefacto. “Tenemos clientes que vienen desde la otra punta de Ronda a por el café porque dicen que es el único que no le sienta mal, aunque cada vez se está vendiendo más matcha”, explica.

La mayor parte de las personas que acuden a esta cafetería son vecinos de la ciudad y ya cuenta con una clientela fija a la que está muy agradecida. “Aquí he llorado de orgullo pensando que lo he conseguido. Por eso sigo pensando, y así se lo traslado cada día a mis empleadas, que cuando se trabaja duro y se sueña muy fuerte, siempre se obtienen resultados”, afirma.