Confecciones Málaga: cinco décadas vistiendo a rondeñas y serranas

Uno de los establecimientos más longevos de la calle La Bola celebra su 50 aniversario “con la misma ilusión del primer día”
Situado en el número 78 de Carrera Espinel, es una referencia local en trajes para eventos importantes como bodas, fiestas o comuniones.
Situado en el número 78 de Carrera Espinel, es una referencia local en trajes para eventos importantes como bodas, fiestas o comuniones.

Paloma González

A comienzos de los años 70, Alfonso Ganancias y Juan Rosado decidieron abandonar sus respectivos trabajos y emprender como propietarios de un negocio comercial.

Cinco décadas después, Confecciones Málaga se ha convertido en uno de los establecimientos más longevos y emblemáticos de la calle La Bola. Desde su apertura el 10 de octubre de 1972, han sido testigo de una época dorada para el comercio en Ronda, pero también de la desaparición de muchos establecimientos cuyos propietarios se vieron obligados a cerrar sus puertas por diferentes circunstancias.

Fontalba, Herman, López, Tejidos Juan Antonio, Costasol, Lucas, Casa Pepita, La Bomba, Confecciones Domínguez, Confecciones Martín, Bercaspunt Tienda de Punto, Tejidos Cabeza o Clotet son algunos de aquellos míticos negocios, muy famosos tanto en Ronda como en el resto de la comarca que han desaparecido.

Mercedes, o Merci, hija de Alfonso, recuerda con mucho cariño aquella época en la que Carrera Espinel era el epicentro de la moda serrana. Ella es ahora la propietaria de Confecciones Málaga.

“Yo empecé cuando tenía ocho añitos. Siempre que podía me escapaba para ayudar a mi padre porque me encantaba estar en la tienda. Además, al principio teníamos de todo, ropa para hombre y mujer, hogar y lencería. Al final nos fuimos especializando atendiendo a la demanda del cliente y nos quedamos únicamente con ropa de señora, tanto de sport como de fiesta”, explica.

También recuerda que eran muchos los serranos los que tenían que desplazarse a la ciudad para acudir a una cita médica o realizar alguna gestión y aprovechaban el viaje para hacer sus compras, sobre todo, dice, en fechas señaladas como las ferias o las navidades.

Los socios fundadores iniciaron su aventura empresarial en el inmueble situado en el número 76 de Carrera Espinel. “Es el que está justo al lado del actual. Lo alquilaron y le quitaron los tabiques para que fuese más grande. Una anécdota curiosa es que cada habitación tenía una solería diferente y como no tenían suficiente dinero para reformarlo entero decidieron mantenerlo tal y como estaba. Con el tiempo, mi padre pudo conseguir este local y ampliar la tienda”, añade Merci.

Alfonso trabajó de manera incansable y ahora lo hacen sus hijos. “Mis hermanos y todo el equipo que nos acompaña, desde dependientas hasta costureras, hemos intentado continuar su labor a raíz de mucha lucha e ilusión. Esa es la clave. Un día le pregunté a mi padre cuál era el secreto del éxito y me contestó: ir cada día al trabajo como si fuese el día que inauguras. Eso se me quedó grabado y es lo que cada día estoy utilizando”, asegura la actual propietaria.

Esa ilusión es la que les animó durante la pandemia. En palabras de Merci, estos últimos años han sido los más duros hasta la fecha. Sin embargo, el tesón y el amor por su profesión les ha ayudado a salir adelante:

“No nos quedaba otra. Aquí vendemos muchos trajes de fiesta, para novias y de comunión. Todos esos eventos se cancelaron y no fue fácil, pero aquí seguimos muy contentos y agradecidos tanto con los vecinos de Ronda como con el resto de habitantes de los pueblos de la comarca por su fidelidad, por apoyar el comercio local y confiar en nosotros. Sin ellos no podríamos continuar”, finaliza. 

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