María José García
Tras seis días de incertidumbre y preocupación por la desaparición en Fuengirola el pasado sábado de Leandro Palmero, su familia ya vive el alivio de haber dado con él anoche y de tenerlo en casa sano y salvo.
Pasadas las siete y media de la tarde de ayer jueves, José Palmero, padre de Leandro, recibió una llamada de la Policía Nacional en Granada confirmándole que habían encontrado a Leandro en la estación de autobuses de esta ciudad, fue el primero en saberlo.
El padre de Leandro sintió “una alegría enorme” y en seguida comunicó a los agentes que dos de sus cinco hijos se habían desplazado hasta allí la tarde del día anterior, cuando un rondeño que trabaja en un colegio de Granada avisó por Facebook a la familia de que había visto a alguien que encajaba con la descripción de Leandro en las inmediaciones de la estación de autobuses.
José explica que sus hijos vieron a Leandro en buen estado de salud, pese a que no tenían la certeza de que hubiera tomado su medicación diaria para los nervios, y que los agentes tuvieron que tranquilizar al joven y garantizarle que su familia iría pronto a recogerlo en la estación.
Al menos, asegura que el joven rondeño había estado comiendo en un centro social de la ciudad nazarí, y que llevaba en su cartera un menú con lo que había estado comiendo los días pasados. “Él siempre se busca sus cosas”, añade José.
Esta mañana Leandro y sus hermanos viajaban a Fuengirola para reunirse con el resto de la familia que ya se repone del susto, unos angustiosos días que dice su padre: “no le deseo a nadie”. A partir de ahora, José nos cuenta que tratarán de buscar una solución para que no se repita esta experiencia, por lo que consultarán al psicólogo que Leandro visita cada tres meses.







