Las hermandades de Santa Cecilia, fieles y devotos han rendido un emotivo homenaje a Lina Mairena, una mujer profundamente ligada a la Iglesia de Santa Cecilia y a la vida de la hermandad, reconociendo décadas de dedicación, servicio y compromiso con la corporación y con la parroquia.
El acto tuvo lugar el domingo 14 de diciembre, tras la Santa Misa de las 19:30 horas, en la iglesia de Santa Cecilia. En el transcurso del mismo, Lina Mairena recibió la Medalla de Santa María de la Victoria Pro Ecclesia Malacitana, una distinción concedida por el Obispo de Málaga, monseñor don José Antonio Satué, como reconocimiento a su entrega a la iglesia de los Descalzos.
La imposición de la medalla fue realizada por el Arcipreste de Ronda y sacerdote de Santa Cecilia, don Manuel Arteaga, en presencia de los sacerdotes don José Emilio Cabra y don Juan Francisco Cardaldas, y contó con la asistencia de hermanos, fieles y vecinos que quisieron acompañar a Lina en un momento cargado de emoción.
Durante el acto, la hermandad realizó una sentida presentación en la que puso en valor la figura de Lina como una auténtica protectora para la corporación. Vecina de la calle Ángel, muy próxima a la iglesia, ha sido siempre un referente de sencillez, humildad, amabilidad y alegría, ofreciendo su ayuda sin pedir nada a cambio, sin importar el día ni la hora, y manteniendo siempre abierta la puerta de su casa y de su corazón.
La Hermandad de las Angustias recordó también cómo ya en 1961, primer año en el que procesionó el actual Cristo de los Remedios, la casa de los Mairena fue el lugar que se usó para el montaje del trono, evocando con cariño la figura de su hermano, el recordado profesor don Salvador Mairena.
Hermana de las Angustias desde siempre, Lina no ha faltado ningún año a su cita con la cofradía, recibiendo desde su balcón a la Virgen de las Angustias y al Cristo de los Remedios con una cesta de pétalos momentos antes de su recogida, un gesto ya convertido en tradición y símbolo de devoción.
Desde la hermandad han querido destacar que cualquier reconocimiento hacia Lina está lleno de gratitud. El acto concluyó con una larga ovación y palabras de felicitación por parte de los asistentes, que quisieron agradecer públicamente una vida entera al servicio de la Iglesia y de la Hermandad de las Angustias.





