Las instalaciones de la piscina municipal de Ronda acogieron el pasado domingo 28 de abril la cuarta edición del 100×100 Brazadas Solidarias Ronda, siendo la más exitosa de las celebradas hasta la fecha en nuestra ciudad pues contó con la participación de 130 nadadores rondeños y de otros puntos de Andalucía.
El evento, organizado por la Fundación Vicente Ferrer, se convirtió en una gran fiesta del deporte y la solidaridad desde primera hora de la mañana. Los nadadores, agrupados en equipos de 10 componentes, tenían como reto nadar 100 veces 100 metros, en un formato de relevos que permite disfrutar de la competición y también del ambiente festivo que caracteriza este tipo de pruebas.
Con la colaboración del Ayuntamiento de Ronda y de profesores de numerosos centros de enseñanza secundaria de la ciudad, el 100×100 ha tenido como objetivo este año impulsar un proyecto para que niños y niñas de Nepal en situación de gran vulnerabilidad puedan ir a la escuela.
El presidente de Brazadas Solidarias y portavoz de la Fundación Vicente Ferrer, Christian Jongeneel, expresó su agradecimiento a la ciudad de Ronda por volcarse con la celebración de este evento y convertirlo en “un enorme éxito”:
“En Ronda nos sentimos como en casa y podemos respirar un ambiente muy emocionante de solidaridad y de movilización social. Entendemos el deporte como una de las mejores herramientas que existen de transmisión de valores como la solidaridad, el compañerismo, la superación, la dedicación y el enfoque positivo de la vida, y el 100×100 de Ronda es un ejemplo de ello. Es impresionante ver a familias formando equipos y lanzándose al agua para alcanzar un objetivo común”.
En este caso se han conseguido recaudar 6.000 gracias a las inscripciones de los deportistas, la paella solidaria y a la fila cero. Esta cantidad servirá para promover la escolarización de niños y niñas de Nepal, especialmente en las zonas rurales, donde la lejanía de las escuelas supone un obstáculo de acceso para las familias.
La Fundación Vicente Ferrer, que trabaja en la India desde hace más de 40 años, ha puesto en marcha la primera fase de su internacionalización en Nepal, un país con una población que aún no se ha recuperado de las consecuencias del devastador terremoto de 2015.
Apuntan desde la ONG que en los contextos de crisis, la infancia se convierte en la primera y principal víctima. Por ello, la Fundación está dando apoyo a tres colectivos: menores cuyas familias trabajan en los tradicionales hornos de ladrillo, una industria con un alto índice de empleabilidad infantil; niñas y niños con parálisis cerebral, y personas adultas con problemas de salud mental, cuya carga familiar recae en sus hijos e hijas.