La Antigua y Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores cerró un brillante Jueves Santo, en el que de nuevo todas las hermandades de la ciudad pudieron completar su estación penitencial sin incidencias destacables.
Fervor, gentío y sentimiento en la Barriada de Padre Jesús, que volvió a mostrar la admiración que despiertan el Señor de Ronda y su Madre, especialmente en la impresionante salida de los dos pasos desde el pórtico lateral y su subida por la empinada calle Santa Cecilia. Una devoción que se extiende a toda la ciudad como se comprobó posteriormente.
Vítores a los Titulares, alguna lágrima y cientos de promesas acompañando a Padre Jesús a lo largo de un recorrido de casi cinco horas por las calles de Ronda. Caminar elegante del Nazareno, con la dirección de Rodrigo García y acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Rosario, de Arriate.
Espectacularidad en el nuevo paso del Señor de Ronda, que remató el pasado año el sevillano Antonio Ibáñez y que contó con la novedad de dos arcángeles en la zona trasera, realizados por la utrerana Encarnación Hurtado.
Siguiendo sus pasos, la Virgen de los Dolores. Elegancia a raudales, plasticidad y maestría por parte de la cuadrilla de 35 hermanos costaleros que siguen las instrucciones de Javier Torelli mientras suenan las marchas de la Banda de Música Nuestra Señora de la Granada, de la localidad sevillana de Guillena.
Y el Nazareno y la Virgen de los Dolores regresaron a su barriada, que no volverán a abandonar hasta la mágica noche del Jueves Santo del próximo año.






