La jornada electoral del pasado domingo arrojó datos para aburrir a aquellos y aquellas que se jactan de buenos analistas. Hemos oído de todo y a casi todos. Digo lo de casi todos porque la alcaldesa de Ronda ha decidido “pasar palabra” y no hacer declaración alguna sobre los pésimos resultados del Partido Popular en Ronda. A ella, que va sobrada de soberbia y aura de divinidad galáctica, no le han gustado los resultados obtenidos, porque sabe interpretar el mensaje que los rondeños le han lanzado, como jarro de agua fría, y es consciente de su débil asentamiento en el sillón de la alcaldía rondeña.

El Partido Popular de Ronda ha ido a menos desde las Generales hasta ahora: si la ventaja que proyectó hace dos años y medio con respecto al Partido Socialista era de 2.797 votos de diferencia, ya en las Autonómicas empezó a perder brío y la diferencia fue de 924 votos, hasta las elecciones al Parlamento Europeo, en las que el PP de Ronda ha pasado a ser segunda fuerza política y el PSOE lo ha aventajado en 1.171 votos.

Los populares, a través de un portavoz improvisado, han intentado “quitar hierro” al asunto, no siendo conscientes que la no comparecencia ante los rondeños de la alcaldesa y presidenta del Partido Popular ha acentuado, ante la opinión pública, la manifiesta debilidad de la Señora Fernández y el descontento generalizado en las filas de los conservadores rondeños por los resultados obtenidos.

En la noche del recuento muchos interventores del Partido Popular mostraron sorpresa cuando, poco a poco, se iban conociendo los resultados de las mesas electorales. Alguna experimentada interventora popular metió la pata, imagino presa de los nervios del momento, y al oír que los votos obtenidos en una mesa no le eran favorables a su formación política, bautizó al distrito referido como “el Barrio Bajo”. A los que tenemos el infortunio de oírla casi a diario no nos sorprenden sus desafortunadas expresiones, pero créanme que muchos de los presentes sí se sorprendieron. Anécdotas de la noche electoral.

Lo que sí queda claro es que la desmotivación del ciudadano es palpable y notoria y es obligación de la política recuperar la confianza perdida y el espacio necesario: queda mucho trabajo por delante y poco temor a dejarnos la piel para conseguirlo.

Una de las fuerzas políticas que han irrumpido en nuestra ciudad es “Podemos”. Mucho se habló la noche del pasado domingo sobre el apoyo obtenido en Ronda, y más aún, el enorme respaldo en el conjunto de nuestro país. Algunos se atreven a poner rostros y nombres a esta formación en nuestra ciudad. Ya veremos qué pasa. 

 Alberto Orozco