El exalcalde de Ronda, Antonio María Marín Lara, ha prestado declaración este mediodía ante la juez instructora del caso Acinipo, Judith Saiz, por la presunta adjudicación sin convocatoria de un concurso público de unos trabajos de pintura en varios bloques de la Barriada El Fuerte entre 2010 y 2011.
También han pasado por el Palacio de Justicia la interventora y el secretario del Consistorio; el empresario que regenta la empresa que realizó los trabajos; y el que fuera primer teniente de alcalde, el socialista Francisco Cañestro.
Marín Lara definió esta pieza, separada del caso Acinipo, como «una chorrada» y explicó que «volvería a hacer lo mismo que hice, ya que se trata de una zona de actuación preferente en la que los vecinos no podían hacer frente a los 900 o 1.000 euros por familia para realizar unos trabajos necesarios, ya que estos bloques no se pintaban desde 1990», afirmó.
Como era de esperar, el que fuera regidor de la ciudad se defendió contraatacando y afirmó que «se han producido manipulaciones en documentos, informes realizados a posteriori que yo desconocía e incluso la falsificación de mi firma, hechos que puse a disposición de la investigación». En su comparecencia ante los medios, argumentó tener «la conciencia muy tranquila, ya que siempre me he guiado por la legalidad y por lo que me decían los técnicos».
Asimismo, dio a conocer que hace varias semanas presentó un escrito en el que exponía las supuestas manipulaciones. Entre ellas, expresó que en una de las facturas aparece un reparo de la Intervención municipal presuntamente posterior a su firma. «Se reparó esa factura en febrero de 2011, cuando la firma es de agosto de 2010. Y no pasó siquiera por pleno». Cuestionado sobre el responsable de los hechos que son objeto de su denuncia, apuntó que «blanco y en botella, ya que la letra es la que es».
Marín Lara aprovechó su intervención para ensalzar su gestión como alcalde, señalando que «he contestado en base a que todo se ha hecho perfectamente. El secreto de un alcalde es que se mueva y yo no tenía una máquina que hiciera billetes de 500 euros, pero sí trabajé muchísimo. En mis siete años y medio de mandato se han hecho más cosas que en los últimos cincuenta años», apostilló.







