“Senado”

"Sin Voces", columna de opinión de José Cabello Reina
Uno de los últimos plenos del senado durante la anterior legislatura.
Uno de los últimos plenos del senado durante la anterior legislatura.

Está a punto de comenzar una nueva legislatura, esa que van a conformar los diputados y senadores que elegimos democráticamente el pasado día 20 de noviembre, de la que ya están tomando posesión sus señorías y, aunque la investidura no será hasta el día 20 de diciembre, ya están cobrando sus sueldos.

Viene esto a colación porque mientras en las distintas administraciones autonómicas y locales nos anuncian muchos recortes, ante la que está cayendo por culpa de la crisis, ellos van a cobrar desde el primer día, lo que significa que empiezan con un mes de vacaciones, como diría un amigo mío “con un par”.

Mientras en Castilla la Mancha se anuncian unos presupuestos con recorte de sueldo y más horas de trabajo para funcionarios, o se anuncia menos dinero en servicios y más requisitos para acceder a la ley de dependencia, también es cierto que menos coches oficiales y menos comidas, o en Cataluña ya han hecho eso y además van a por el re-pago sanitario (lo de co-pago es un eufemismo, ya nos cobran por la sanidad en nuestras nóminas y si no miren sus nóminas y verán lo que pagan por seguridad social, donde está incluida). Mientras todo esto ocurre, estamos a la espera de los próximos presupuestos que presentará el nuevo Gobierno elegido por las urnas y que tomará posesión, insisto, un mes después de su elección.

Bien, pues tenemos un Senado que nos debe mostrar para qué sirve realmente. Los senadores cobran una media de unos 6.000 € al mes, además de tener ciertos derechos de transporte (no pagan tren ni avión, además de tener tarjetas para taxis) y un teléfono Iphone último modelo, una tableta Ipad último modelo y un ordenador portátil último modelo, claro está con el sueldo que tienen no debe darles para pagárselos ellos… pobrecitos.

Todo esto sin saber para lo que sirve realmente el Senado. Verán: las leyes van al Congreso, si se aprueban pasan al Senado que las debe ratificar para que sean aprobadas, si no es así y los senadores no la consideran justa añaden sus enmiendas, que deben aprobar de nuevo en el Congreso, pero si estas modificaciones no son aprobadas, no pasa nada la ley sale adelante igualmente. Efectivamente repitan conmigo ¿Para qué queremos el Senado? Se lo digo, para que los políticos que llevan muchos años y a los que hay que agradecer sus servicios pasen sus últimos años viviendo como reyes (el Senado se reúne de media una vez al mes). Así tenemos en el Senado a alcaldes, políticos que no han conseguido representación y los nombran las autonomías e incluso algún que otro que manda el partido directamente.

O sea, que mientras nos piden esfuerzos, re-pagos, nos bajan el sueldo, nos quitan horas de asistencia sanitaria, nos obligan a pasar horas en salas de espera ante la falta de personal y tantos y tantos recortes, ellos a lo suyo, a llevárselo calentito y sin miramientos.

Por eso yo cuando voté el día 20 no introduje papeleta alguna en la urna del Senado. Sé que no sirve de nada, pero si lo hiciéramos todos, entonces igual se lo pensaban (aunque no lo creo).

José Cabello Reina

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