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Ronda, una ciudad con demasiadas barreras arquitectónicas

El rondeño siempre realiza el mismo camino para acudir a la sede de la ONCE. // CharryTV

El rondeño siempre realiza el mismo camino para acudir a la sede de la ONCE. // CharryTV

Juan Barragán nos muestra la odisea que supone para una persona con ceguera desplazarse a pie desde el centro hasta el barrio San Francisco

20 Aug 2024 - 16:04 // Charry TV Noticias

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La ausencia de pasos de peatones en este cruce supone un importante problema para los transeúntes.  // CharryTV
La ausencia de pasos de peatones en este cruce supone un importante problema para los transeúntes. // CharryTV

Barragán nos pone como un mal ejemplo esta esquina de calle Infantes ya que los botones del suelo te conducen a la calzada y han colocado una señal justo en el acceso al paso de peatones. // CharryTV
Barragán nos pone como un mal ejemplo esta esquina de calle Infantes ya que los botones del suelo te conducen a la calzada y han colocado una señal justo en el acceso al paso de peatones. // CharryTV

Juan asegura que esta rampa de calle Armiñán es muy resbaladiza y ha producido más de un accidente.  // CharryTV
Juan asegura que esta rampa de calle Armiñán es muy resbaladiza y ha producido más de un accidente. // CharryTV

Uno de los grandes problemas del casco histórico es que existen hundimientos en la calzada que no conducen a nada y las piedras crean confusión.  // CharryTV
Uno de los grandes problemas del casco histórico es que existen hundimientos en la calzada que no conducen a nada y las piedras crean confusión. // CharryTV

El rondeño no entiende por qué no se ha actuado en espacios tan peligrosos como éste de la Cuesta de las Imágenes. // CharryTV
El rondeño no entiende por qué no se ha actuado en espacios tan peligrosos como éste de la Cuesta de las Imágenes. // CharryTV

Paloma González

Ronda, la ciudad soñada de Rilke, también puede ser un auténtico infierno para transeúntes con discapacidad visual. Sus calles, especialmente las de su casco histórico, pueden resultar tan fotografiables por su singular belleza como detestables por la cantidad de barreras arquitectónicas que aun permanecen inquebrantables al paso del tiempo.

El Ayuntamiento de Ronda cumple con la normativa estatal en materia de movilidad en cada nueva obra pública, pero es evidente que queda mucho por hacer y que no es fácil encontrar el equilibrio entre mantener determinados elementos característicos y conseguir una mayor accesibilidad.

Así nos lo hace entender Juan Jesús Barragán. Este rondeño ha tenido problemas con la vista desde pequeño. Una circunstancia que no le impidió trabajar como camarero o cristalero. A los 45 años comenzó a perder visión hasta perderla por completo en el ojo derecho y quedarse con un 3% en el lateral del ojo izquierdo.

“Antes no le daba importancia a algunas cosas, como dejar el coche durante un momento sobre la acera o pasar corriendo junto a una persona con un bastón. Ahora te das cuenta de que son pequeños detalles muy importantes para las personas como yo”.

Le hemos acompañado a pie desde la sede de la ONCE en Ronda, ubicada en pleno centro de la ciudad, hasta su vivienda situada en el barrio San Francisco. Nada más salir por la puerta de la entidad, en la calle José María Castelló Madrid nos encontramos el primer obstáculo: un cruce de calles sin pasos de peatones y señales de guiado mal colocadas.

“Aquí tenemos la suerte de que los rondeños saben lo que hay y que está la ONCE cerca, por lo que suelen tener cuidado cuando circulan, pero esto es un gran peligro”, explica. Si continuamos hacia Carrera Oficial por la calle Naranja nos encontramos con problemas similares: marcas rugosas en el suelo que te llevan directo a la calzada y pasos de peatones insuficientes o mal ubicados.

“La calle de La Bola es que ni la piso porque hay mucha gente y demasiados obstáculos a ambos lados. Yo necesito tener una línea de referencia por la que me voy guiando con el bastón y no puedo hacerlo. Tampoco paso por calle Nueva. Aquello sí que es impresionante porque las mesas ocupan prácticamente toda la calle. ¿Cómo pueden permitir eso?”.

Barragán aclara que su guerra no es contra la hostelería ni el comercio. Asegura entender que a los clientes les guste estar en las terrazas, especialmente en determinadas épocas del año, pero demanda una mayor empatía ya que las personas con discapacidad visual necesitan más espacio para poder circular con seguridad.

“Ya no es sólo por las personas ciegas. Esto nos afecta a todos los que tenemos algún tipo de discapacidad y a personas con movilidad reducida que necesitan un andador o van en silla de ruedas”.

Llegamos a uno de los puntos calientes: el Puente Nuevo. “Me da pavor. Se supone que los peatones tenemos preferencia, pero nos siempre es así. Además, la gente no entiende que las personas ciegas necesitamos hacer siempre el mismo recorrido, el que hemos memorizado. Si me cambias de acera, me pierdo, porque estoy acostumbrado a esta y he tenido que oír a gente diciendo que me apartara”.

A medida que nos adentramos en calle Armiñán, la situación empeora debido a la estrechez de las vías y el material del suelo. Igual ocurre al llegar a Ruedo Alameda. “Las piedras pueden ser muy bonitas, pero a nosotros nos vuelven locos”, destaca.

Barragán asegura que hay muchas personas con problemas que no salen a la calle por este tipo de cuestiones. Él “se pateó” la ciudad antes de quedarse ciego por lo que se la conoce como la palma de su mano, pero no ocurre los mismo en todos los casos por lo que también pide a las administraciones que se les tengan más en consideración.

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