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El pregón de Francisco Rivera da el pistoletazo de salida a la Feria de Pedro Romero

Francisco Rivera Ordóñez, durante su intervención. // CharryTV

Lleno en la plaza del Teniente Arce, en un acto en el que también recibieron su medalla las Damas Goyescas

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La céntrica plaza del Teniente Arce se quedó pequeña para asistir a uno de los actos más esperados de la Feria y Fiestas de Pedro Romero, el pregón oficial de Francisco Rivera Ordóñez y la imposición de medallas a las diez Damas Goyescas y su Presidenta, Belén Pérez. 

En un marco incomparable y a escasos metros del histórico coso rondeño, Paquirri ofreció un pregón intenso de unos veinte minutos de duración en los que ensalzó la belleza de la ciudad y expresó sus recuerdos y vivencias, la mayoría relacionadas con el mundo del toreo.

Un pregón con luces y sombras. En lo positivo, supo conectar con un público entregado y alternó con buen gusto sus versos con la música de Emilio Caracafé, Blanca Parejo y Eduardo Faús. Por contra, resultaron excesivas las referencias al sevillano barrio de Triana. Defraudó el nulo interés que el pregonero mostró a lo largo de la jornada por atender a los medios de comunicación de la ciudad, una situación inédita hasta la fecha en un día tan señalado para Ronda.

Vicente Becerra ofreció unas emotivas palabras en el pistoletazo de salida de "la última Feria que me toca organizar". Escenario impecable, con réplicas de las estatuas de Antonio y Cayetano Ordóñez y el maestro Pedro Romero, que da nombre a estas fiestas. 

Presentó al pregonero su amigo Mikel Urmeneta, creador de la firma Kukuxumusu y un enamorado de Ronda desde que acudió a la Goyesca de 2003 por invitación del propio Rivera Ordóñez, al que definió como "un símbolo de la ciudad y un icono en la Feria de Pedro Romero. Una persona carismática, solidaria y con una enorme personalidad", dijo el navarro, que antes de bajar del escenario dejó su impronta con un recuerdo gráfico conmemorativo del acto. 

Rivera Ordóñez se enfrentó con maestría a la "difícil faena" que le tocó lidiar ante cerca de un millar de personas. Arrancó con piropos a Ronda, "un lugar mágico, de leyenda, con calles estrechas y empedradas y casas blancas" para inmiscuirse de lleno en su pasión, el toreo. 

Referencias a su abuelo, Antonio Ordóñez, que tantas tardes de gloria ofreció en un coso "donde los sueños se hacen realidad. Un templo a la vida, a la pureza y a la verdad", expresó el pregonero, que confesó el enorme placer que supone visitar la plaza rondeña cuando está vacía, en los que ha vivido "momentos de solemnidad absoluta recordando sensaciones".

Entre el público se encontraba su esposa, la abogada Lourdes Montes, "que también ha conocido esta sensación". Un lugar que lo transporta a un dulce pasado, como cuando él y su hermano Cayetano pisaron el ruedo de la mano de su padre, Paquirri, y su abuelo Antonio Ordóñez. "Nunca me sentí más seguro que cogido de la mano de mi padre", señaló Francisco en su intervención, que concluyó con un nuevo guiño a Ronda, su plaza y el toreo: "Vivan los toros. Viva la plaza de los toreros machos. Y viva Ronda", ante un atronador aplauso. 

Posteriormente llegó el momento esperado para las Damas Goyescas y su Presidenta, que recibieron la medalla que las acredita como representantes de la mujer rondeña en esta Feria. Trajes espectaculares, muy variados en diseño y colores y una tradición que se mantiene intacta con el paso de los años. 

La alcaldesa, María de la Paz Fernández, tras agradecer a Rivera Ordóñez que aceptase el ofrecimiento del Consistorio para ser pregonero, tuvo palabras de elogio hacia la labor de Vicente Becerra, al que dedicó un obsequio. Cerró el acto la actuación de la cantaora sevillana Remedios Amaya, que hizo gala de la fuerza y raza que la caracteriza y puso el broche de oro a una agradable noche.