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Javi, un ceporrero más

Natural de Valladolid, falleció el pasado 23 de agosto a la edad de 51 años. // María Isabel Cabrera.

La AVV Barrio San Francisco distingue y rinde homenaje a uno de sus miembros más queridos

Paloma González

La Real Feria del barrio de San Francisco finalizará mañana con la salida procesional del patrón de la barriada desde la Iglesia del Espíritu Santo hasta el convento de las Hermanas Franciscanas, a partir de las 20:30 horas.

Durante todo el pasado fin de semana se han celebrado diferentes actos y eventos en los que los vecinos han tenido muy presentes a personas muy queridas que, desafortunadamente, ya no se encuentran con nosotros.

De hecho, uno de los momentos más emotivos de esta feria se vivió el pasado sábado durante la entrega del pin de oro al Vecino Distinguido, que concede cada año la asociación de vecinos.

No han sido unos meses fáciles para la barriada debido al reciente fallecimiento de varios ciudadanos a los que el resto de vecinos tenían un gran cariño. Pero hay alguien que ha dejado un especial vacío entre los miembros del colectivo: José Javier Álvarez Moro.

“No nació en Ronda, pero se sentía un ceporrero más”, aseguraba su amigo Miguel Ángel Domínguez en el acto de entrega del distintivo, que recogió la viuda de Javier.

Javi, como le conocían en el barrio, era natural de Valladolid. Fue Cabo 1 Caballero Legionario, destinado en el Tercio Alejandro Farnesio.

Su trabajo era su pasión, pero los amores de su vida eran su mujer y su hija. De hecho, fue una rondeña llamada Pepi la que lo asentó definitivamente en nuestra ciudad a comienzos de los años 90.

“Era un hombre bueno a pesar de su fachada, pues medía 1,85 y tenía unas facciones que hacían pensar que tenía mal carácter. Sí, tenía su genio, pero le duraba dos segundos”, recuerda Domínguez.

Javier falleció el pasado 23 de agosto, a la edad de 51 años. Sus amigos y vecinos le recordarán siempre como una persona humilde, trabajadora y defensora de los más débiles.

“A él le encantaban estas cosas y seguro que está súper orgulloso. Siempre habéis sido una gran familia, pero ahora me los estáis demostrando aún más”, expresó Pepi, su viuda, muy emocionada durante la entrega del pin.

En el colectivo vecinal nunca olvidarán su disposición y colaboración ya que ha sido una de las personas más activas de la asociación, ayudando y trabajando en cada evento que se ha organizado.