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25 años en El Kalero: “Mis clientes ya son familia”

Paco Cantos (dcha.) junto a Pepe (izda.) sirvieron las primeras copas hace un cuarto de siglo // Paco Cantos

Paco Cantos aún recuerda los nervios que sintieron todos los hermanos el día de la inauguración de este café-pub rondeño un 30 de agosto de 1996

Paloma González

Los hermanos Cantos llevaban muchos años en el mundo de la hostelería cuando decidieron abrir un nuevo negocio más enfocado en el servicio de cafés y copas. Tras darles muchas vueltas y buscar varios locales que encajasen con su nuevo proyecto de negocio, un 30 de agosto de 1996 abría sus puertas en el número 14 de la calle Santa Cecilia, Café-Pub El Kalero.

El nombre surge como homenaje al abuelo paterno: “Calero es por el apodo de la familia porque el padre de mi padre se dedicaba a hacer cal. De hecho, para hacer el logo del pub escogimos una imagen de un tío de mi padre, quien, además, fue el último en desarrollar esta profesión en esta zona”, explica Paco Cantos, camarero del local.

El día de la inauguración fue un viernes previo a la semana de feria en Ronda. De aquello han pasado ya 25 años pero Paco aún recuerda lo nerviosos que estaban antes de la inauguración: “Claro que estábamos nerviosos y agobiados porque no sabíamos cómo iba a reaccionar la clientela. Pero conocíamos a mucho gente y gracias a eso el inicio fue un poco más fácil de lo que pensábamos”.

Los clientes han ido cambiando con el paso del tiempo, aunque la gran mayoría se mantienen fieles. Paco, que lleva todo este tiempo detrás de la barra, asegura que a muchos de ellos ya se les considera familia. “Los antiguos no nos abandonan, sólo que antes tomaban pelotazos y ahora cerveza sin alcohol”, bromea.

Después de tantos años, este camarero no es capaz de destacar un único momento especial de los miles que se han vivido en el local pero sí recuerda con especial ilusión las fiestas de Navidad y algunos momentos relacionados con el mundo del deporte, como el día que el Real Madrid ganó la séptima Copa de Europa o la noche que España ganó el Mundial de Fútbol.

No es un requisito obligado para poder tomar algo en El Kalero, pero la mayoría de sus clientes han sido grandes enamorados del fútbol. Tanto es así, que llegaron a crear una competición propia: “En Navidad nos reuníamos y jugábamos un partido amistoso en el que se enfrentaban los miembros de la peña El Botijo, que la gran mayoría eran cliente habituales, contra los que no pertenecían a la peña. El equipo que perdía tenía que pagarle las copas al otro. Aquello era un festival.”, explica Paco.

Ya no se realizan esos partidos pero pocas cosas han cambiado durante todo esto tiempo. Tan sólo realizaron una pequeña reforma a los siete años de abrir el negocio para actualizar parte del mobiliario pero la estructura y la barra permanecen intactas: “La madera ésta desde el principio y este camarero que habla también”.

Como a todos los negocios de hostelería, la pandemia les ha pasado factura. Sin embargo, Paco asegura que ha sido más doloroso lo emocional que lo económico: “Es que hay personas que dejan de ser clientes y se convierten en amigos. A algunos les veo todos los días, pasamos muchas horas juntos y al final te preocupabas más por cómo lo estaban pasando ellos que por ti mismo”.

Tras unos meses muy duros, la situación comienza a mejorar y los hermanos Cantos esperan poder seguir disfrutando con sus clientes muchos años más; aunque Paco dice que otro cuarto de siglo puede ser algo excesivo: “Hombre otros 25 no, que para entonces espero estar jubilado”, bromea mientras nos enseña una de las muchas fotografías que guarda en papel de momentos irrepetibles capturados años atrás.