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David Wright y Kenny Rogers: Dos americanos enamorados de Ronda

La Plaza el Socorro es uno de los lugares predilectos de la pareja americana, junto con la Plaza de Toros o los Baños Árabes. // Nacho Garrido

La Plaza el Socorro es uno de los lugares predilectos de la pareja americana, junto con la Plaza de Toros o los Baños Árabes. // Nacho Garrido

Desde que llegaron en 1999, la pareja de Houston vive un idilio con la ciudad del Tajo y con la Tradicional Corrida Goyesca, a la que han asistido durante más de 20 años

26 Aug 2021 - 16:47 // Charry TV Noticias

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Kenny Rogers junto al empresario taurino y matador Francisco Rivera Ordóñez. // D. Wright y K. Rogers
Kenny Rogers junto al empresario taurino y matador Francisco Rivera Ordóñez. // D. Wright y K. Rogers

En la imagen la pareja aparece junto a sus amigos Pepe y Ana en la taberna Entre Vinos. // D. Wright y K. Rogers
En la imagen la pareja aparece junto a sus amigos Pepe y Ana en la taberna Entre Vinos. // D. Wright y K. Rogers

David Wright sostiene un capote durante su visita a Reservatauro // D. Wright y K. Rogers
David Wright sostiene un capote durante su visita a Reservatauro // D. Wright y K. Rogers

María José García

David Wright y Kenny Rogers, naturales de Houston, ciudad del estado americano de Texas, visitaron Ronda por primera vez hace 22 años y de forma casual, ya que con anterioridad conocían otros destinos españoles.

Durante su primera visita, la pareja se alojó en el Hotel El Molino del Santo, en Benaoján, con el que quedaron encantados por el paraje natural que lo rodea y, meses después, llegaron a Ronda en plena Feria y Fiestas de Pedro Romero. Por aquel entonces no podían adivinar que su amor por la Tradicional Corrida Goyesca y por el ambiente festivo que coloreaba las calles de la ciudad aquellos días sería instantáneo, y a día de hoy perdura el idilio.

“No teníamos ni idea de que se estaba celebrando la Goyesca, éramos nuevos en Ronda, y cuando llegamos al centro de la ciudad nos enamoramos, no solo de la gente que era muy amable, sino de la música, la fiesta y la forma en que la gente se relacionaba. Era como otro mundo, como un paraíso que acabábamos de descubrir. Para mí fue la segunda o tercera vez en España, y pensé: ¡Qué lugar tan maravilloso! ¡Qué gente tan estupenda!”, rememora Rogers.

Al año siguiente, en el 2000, la pareja adquirió una vivienda en el Barrio de Padre Jesús y en su calendario ya había dos fechas señaladas para recorrer los más de 8.000 kilómetros que separan la ciudad texana de la nuestra: el comienzo de la primavera y los días de feria. Su encantamiento con la tauromaquia fue tal que desde 1999 tan solo se han perdido una única Corrida Goyesca.

“Antes no sabía nada de los toros, pero ahora sé muchas cosas. Es algo completamente diferente a lo que tenemos en Estados Unidos: el color, la música,... Es difícil describir lo que siento sobre la tauromaquia, pero cada año quiero volver a Ronda para la Goyesca porque es algo inolvidable. No tenemos nada como esto en Estados Unidos, es una cosa completamente española y me encanta”, afirma con rotundidad Wright.

Cabe señalar que instantes después de esta conversación con Charry TV y Ronda Semanal, David y Kenny dieron en un céntrico restaurante de Ronda con el matador y empresario taurino Francisco Rivera Ordóñez, uno de sus mayores ídolos del mundo del toreo junto a su hermano Cayetano. David y Kenny aseguran sentirse orgullosos de ser americanos, pero, al mismo tiempo, dicen sentirse “rondeños de corazón”. De hecho, han sido mucho los amigos de la pareja que han venido desde Estados Unidos para descubrir la ciudad soñada y los rincones favoritos de ambos, como la Plaza de Toros, los Baños Árabes, el Puente Nuevo o la Plaza del Socorro. Algo que destaca la pareja de su encantamiento con nuestra ciudad es el carácter abierto y acogedor de la sociedad rondeña, algo que les conquistó “desde el primer momento”.

“La gente de Ronda que conocemos son amigos auténticos. La mayoría no habla inglés, así que para mí es muy difícil, pero hago lo que puedo. Mi español es muy malo, no como el de David, pero eso es una de las cosas que más me gusta de Ronda, que la gente acepta muy bien a los angloparlantes tanto si hablan inglés como si no, y tenemos unos amigos maravillosos”, incide Rogers. “Lo que más me gusta de Ronda es la amabilidad de la gente. Los rondeños son muy buenos, dulces y amistosos. Me encanta”, reconoce por su parte Wright. David Wright es urólogo jubilado, mientras que Kenny Rogers ha trabajado durante años en la compañía telefónica AT&T y, a raíz de su jubilación comenzó a aficionarse al tenis.

Tanto es así que hace unos días participaba como uno más en la XXXVI edición del Torneo de Óptica Baca que acogió un año más el Club de Tenis San Luis. Kenny era el jugador más longevo de la competición, ya que el próximo mes de marzo cumplirá 65 años, y tuvo la oportunidad de jugar con el rival más joven, Phil, un alemán de 17 años residente en la Costa del Sol. “Es un joven estupendo, tengo zapatos que son más viejos que él”, bromea Rogers, al tiempo que asegura que la gente que conoció en la prueba ha hecho que quiera volver el año que viene. “Incluso aunque perdí 6 a 0”, añade con humor.

La gastronomía es otro de los motivos que hace que la pareja guarde una imagen tan especial de la ciudad, algo que corroboran en cada visita, y cuentan que en cada bar o restaurante se sienten como en casa. Los fideos negros que sirven en Entre Vinos o el bollito de calamar con salsa brava de Tragatá, el bar que regenta el cocinero con dos Estrellas Michelin Benito Gómez, son algunas de las tapas favoritas de los americanos. Además, la pareja es asidua del Barrio de San Francisco y frecuenta restaurantes como El Bandolero o El Zucio siempre que tiene ocasión.

Con respecto al inicio de la crisis sanitaria por la irrupción del COVID-19, Kenny reconoce que lo que peor llevaban era pasar demasiado tiempo en casa y, en su caso, no poder jugar al tenis con la frecuencia con la que solía hacerlo.

“Cuando la pandemia comenzó acababa de volver de California, donde había estado jugando a un torneo de tenis y tenía otro programado que tuvo que cancelarse. Fue algo que afectó mucho a Estados Unidos y especialmente a Texas. Lo interesante fue que un entrenador de tenis con el que solía jugar me llamó, porque su club había cerrado pero había encontrado un parque público en el que podíamos ir allí a practicar, así que tuvimos la posibilidad de salir casi todos los días. eso y volver a jugar al tenis fue lo que me mantuvo cuerdo”, reconoce Rogers.

Aunque fueron momentos duros para la pareja, Kenny cuenta que la ciudad soñada aparecía constantemente en su memoria: “Todos los días nos enorgullecíamos de nuestros amigos y nos repetíamos cuánto echábamos de menos estar en Ronda”. 

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