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Atrapados en Ecuador tras visitar como cada año a su familia en Santa Ana de los Ríos de Cuenca

A pesar de la relativa cercanía con Guayaquil, la situación en la ciudad en la que se encuentran confinados es mucho menos severa // CharryTV

La presidenta del Centro Andaluz, Ani Rosillo y su esposo, Antonio Castro, permanecen en el país andino desde el 5 de marzo

Manolo Guerrero

Llegaron el día 5 de marzo a Ecuador y todavía no saben cuándo podrán regresar a España. Ani Rosillo, presidenta del Centro Andaluz de Ronda y su marido, Antonio Castro (popularmente conocido como Paco el de La Parrilla, en alusión a la venta ubicada en el inicio de la carretera de San Pedro), llevan casi un mes y medio en el país andino, al que acudieron para visitar a su hija, su yerno y su nieta, que residen en Santa Ana de los Ríos de Cuenca.

"Todos los años viajamos para ver a nuestra familia", afirma Ani Rosillo, quien a pesar de estar viviendo una situación tan extraña como incómoda la afronta con tranquilidad y destaca en su conversación telefónica con CharryTV Ronda el buen trato que están recibiendo por parte de la Embajada de España en el país andino. "Me contestaron enseguida. Tuvimos que rellenar un impreso con nuestra situación y datos personales y semanalmente van renovando la lista de viajeros", sostiene. 

Sin embargo, encontrar un vuelo de regreso tras las limitaciones impuestas en las conexiones aéreas por los efectos del COVID-19 en todo el planeta no está siendo tarea fácil. Tenían previsto volver a nuestro país el día 26 y Ani Rosillo señala que "nos ofrecieron un avión de Air Europa que se quedó averiado y que iba a París, pero no lo hemos aceptado porque nos da miedo ir a Guayaquil", ciudad desde la que partía. 

Desde el aeropuerto de Cuenca solo vuelan aviones que transportan víveres y la distancia en coche entre la ciudad en la que reside su familia y la capital del Guayas es de unas cuatro horas en coche (en Ecuador se suele realizar en taxi).

Durante estas semanas Guayaquil está copando numerosos espacios en los medios de comunicación de todo el planeta por la acumulación de cadáveres en las calles, ataúdes de cartón y el total colapso del sistema sanitario, aunque por fortuna esta situación dista mucho de la que se vive actualmente en Cuenca, una ciudad de algo más de 300.000 habitantes, más moderna y turística y en la que solo se contabilizan hasta la fecha algo más de un centenar de casos. 

A pesar de ello, las medidas del Gobierno ecuatoriano son igual de restrictivas y se ha impuesto el toque de queda entre las dos y las cinco de la tarde. Únicamente se puede salir un día de la semana a comprar y la mayor parte de la población se encuentra confinada en sus hogares, como Ani y Antonio en la casa de sus familiares. 

"Estamos bien, esperando a ver si se levantan un poco las medidas y se abre el aeropuerto de aquí" y añade que "teníamos el billete de vuelta pagado e Iberia nos ha dado un bono con el importe, pero por el momento no hay vuelos", ya que el tráfico aéreo entre Quito (a 50 minutos de Cuenca en avión) y Madrid permanece cerrado.

"Lo que estamos esperando es que pongan vuelos directos a España, porque también nos han ofrecido escalas a Londres, además de París", explica Ani Rosillo, que teme que una vez aterricen en un país europeo diferente a España "nos quedemos en cuarentena. Y para pasar por eso prefiero quedarme aquí en Ecuador con mi familia", concluye.