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Plásticos, botellas de cristal y hasta una moto robada entre la maleza de La Galia

Un vecino de Ronda ha podido recuperar su vehículo gracias a las labores de limpieza de los Amigos de La Galia. // CharryTV

Un grupo de voluntarios está intentando recuperar el esplendor del que consideran el Central Park de Ronda ante su lamentable estado de abandono

Paloma González

Hace algo más de un año, el holandés Ger De Heus, afincado en Ronda, decidió tomar partido y comenzar a limpiar el parque de La Galia, una zona situada entre la Cruz de San Jorge y la barriada de Padre Jesús. “Esto era una selva. Casi no se podía entrar, había mucha basura y muchos plásticos y cristales que eran peligrosos para nuestros animales y para cualquier persona que pasara por aquí. Yo no lo ví pero, al perecer, cuando se inauguró era un parque precioso, era un placer estar aquí y ahora está abandonado”.

Para su sorpresa, no era el único que por iniciativa propia y desinteresada estaba realizando labores de limpieza. Así, decidieron crear un grupo al que denominaron Amigos de La Galia y quedar para trabajar de manera conjunta y ordenada.

Juan Nieto es un vecino octogenario que lleva cuatro años realizando diferentes labores en esta zona. A sus 85 años, asegura que no va a cesar en su empeño. “Me vengo por las tardes y algunas mañanas a cuidar los arbolitos porque es un bien para todos. Es que es una lástima porque encima no hay papeleras, no ha quedado ni una farola y las arquetas son un peligro. Hacemos lo que podemos”.

Pero no es suficiente. La iniciativa cuenta con el respaldo de más de 70 personas de diferentes profesiones y edades, aunque son muchos menos los que pueden acercarse manera habitual a limpiar. Juan García es uno de los componentes que mejor conoce el parque porque suele participar en las labores.

“Esto era una delicia. Siempre digo que era el Central Park de Ronda, con carril bici, zonas de juegos para los más pequeños, bancos y farolas, senderos para pasear con las mascotas. Ya no queda nada. Sólo hay suciedad y maleza”, señala.

Todos ellos se sienten muy orgullosos del trabajo que ya han realizado pues, según apunta García, han vuelto a acudir personas a pasear después de muchísimos años. Significa que algo están haciendo bien. No obstante, queda mucho por hacer y estos voluntarios no cuentan con las herramientas suficientes ni adecuadas para realizar determinados trabajos ya que, además de recoger la suciedad, hay que desbrozar y podar ya que hay zonas, sobre todo por la entrada desde Padre Jesús, a las que es complicado acceder. 

Además, el parque no deja de sorprender. Hace unos días encontraron una moto que había sido robada un mes antes a un vecino de la ciudad. Nos cuentan que rápidamente llamaron a la Policía Local y el propietario les agradeció el hallazgo porque le tenía un cariño especial al vehículo y creía que no lo iba a recuperar.

Es por ello que estos Amigos de La Galia hacen un llamamiento a las autoridades competentes para que actúen en la zona y le devuelvan el esplendor que este gran parque merece con un mantenimiento continuo para que no vuelva a convertirse en una selva.