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La huella que dejó La Legión de Ronda en Afganistán

Blindados de La Legión, en un poblado afgano // Archivo 4º Tercio

Unos 700 efectivos del 4º Tercio, la mayoría de la X Bandera, desplegaron en el país en 2010 durante cuatro meses y tuvieron un papel fundamental en la apertura de la ruta Lithium

Manolo Guerrero

La situación que se está viviendo durante estos días en Afganistán está copando la actualidad informativa internacional tras la toma del país por parte de los talibanes después de una ofensiva relámpago, que ha provocado la huida del presidente afgano, Ashraf Ghani y que el caos inunde Kabul, la capital.

Las Fuerzas Armadas han dispuesto dos aviones A400M que están repatriando a los residentes españoles en el país, al personal de la Embajada y a unos 400 afganos (traductores, colaboradores y familiares de estos) que han trabajado para España.

Hace ya once años que los legionarios de Ronda tuvieron un papel importante en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de la OTAN (ISAF), desplegando en Oriente Medio a unos 700 efectivos, la mayoría pertenecientes a la X Bandera Millán-Astray, que mandaba en ese momento el ahora general de división Miguel Ballenilla y con el entonces coronel jefe del 4º Tercio, Miguel Martín Bernardi, actual 2º JEME, liderando el contingente español.

Una misión dura, bajo unas condiciones extremas en todos los sentidos y en la que los legionarios de Ronda jugaron un papel fundamental en la apertura de la ruta ‘Lithium’, que une las dos principales localidades de la provincia de Badghís, donde se encontraba el grueso del contingente rondeño.

Los legionarios se encargaron de limpiar la ruta de elementos insurgentes y de dar protección a los trabajos de mejora del camino para que fluyera el comercio, sufriendo frecuentes hostigamientos e incluso ataques a través de artefactos explosivos improvisados, por fortuna sin fallecidos, aunque sí hubo varias bajas de legionarios heridos que tuvieron que regresar a suelo patrio.

Además de la hostilidad de parte de la población local y las altas temperaturas que padecieron entre los meses de marzo y julio de 2010, los legionarios del 4º Tercio consiguieron sobreponerse una vez más a la falta de comodidades: haciendo vida en pozos de tirador en Sang-Atesh o creando fosas para poder ducharse.

En el plano positivo, los efectivos de La Legión en Ronda estrecharon vínculos con otra parte de la sociedad afgana. Algunos de ellos fueron contratados para realizar tareas en la base, se puso en marcha un programa para enseñar el castellano a los locales, se abasteció de alimentos y otros productos de primera necesidad a muchos pueblos y, junto a otras unidades del Ejército, se trabajó para crear puentes o escuelas en la zona.

El propio general Stanley McChrystal, jefe de ISAF y cuya labor en Afganistán fue llevada a la gran pantalla en 2017 con la película War Machine, en la que Brad Pitt interpreta su papel, destacó públicamente la enorme contribución de La Legión a la seguridad en el territorio.

Recientemente se ha puesto fin a 19 años de presencia española en Afganistán, donde murieron 102 militares de nuestro país. Y, aunque el futuro es más oscuro e impredecible que nunca, La Legión de Ronda dejó una vez más huella de su buen hacer.