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Ilusión y marcialidad legionaria en la nueva etapa de la Hermandad del Ecce-Homo

El Cristo de la Buena Muerte, portado por Caballeros Legionarios // Juandi Velasco

Juan Jesús García ha vivido su primera estación penitencial como Hermano Mayor de una cofradía que intenta recuperar el brillo del pasado

No ha sido un año fácil para el Ecce-Homo, una hermandad con más de tres siglos de historia que estuvo a punto de perderse a finales del pasado año. Tras la etapa de Luis Candelas como Comisario, el Obispado concedió un plazo para la presentación de la candidatura de una nueva junta de Gobierno y no fue hasta el último momento cuando Juan Jesús García y un grupo de hermanos dieron un valiente paso al frente.

Un reto difícil teniendo en cuenta la delicada situación económica de la cofradía, el escaso tiempo de antelación con la Semana Santa y el alejamiento entre grupos de hermanos con mucho peso. Sin embargo y a pesar de contratiempos habituales en los últimos tiempos como la falta de horquilleros (situación que no solo afecta en Ronda al Ecce-Homo), la Hermandad ha demostrado que sigue viva y que ha corregido errores, aunque el camino que queda por delante para recuperar el brillo del pasado no será fácil, ni inmediato.

De cara a este año no había estrenos en lo que se refiere al patrimonio artístico, aunque sí se han recuperado las bandas de música para acompañar al Señor de la Escala y la Virgen del Buen Amor. La Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, de Puente Genil, ha estado con Nuestro Señor Ecce-Homo, una preciosa imagen del Siglo XVII de autor desconocido. Con la Virgen del Buen Amor, la Agrupación Musical Ubriqueña, que ya se ofreció el pasado año para tratar de ayudar a la hermandad, que finalmente y por falta de fondos, optó por el redoble de un tambor para acompañar a sus titulares.

Y como no, como en cada Jueves Santo en Ronda, no podía faltar La Legión. Marcialidad y el contraste del verde sarga con el granate del Ecce-Homo. Con el 4º Tercio desfilando en Málaga junto al Cristo de Mena y buena parte del Grupo de Caballería de misión en Malí, la hermandad ha tenido que recurrir a la Banda del Tercio Duque de Alba, de Ceuta, para acompañar al Cristo de la Buena Muerte.