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Un Domingo de Resurrección gris impide procesionar al Resucitado y a Nuestra Señora de Loreto

La expectación se vivía a las puertas de la Iglesia del Espíritu Santo momentos previos al traslado de los titulares del Cristo Resucitado y Nuestra Señora de Loreto. // Juan Velasco

La amenaza de precipitaciones imposibilita una salida procesional al uso de los sagrados titulares, que fueron trasladados a su Casa Hermandad

María José García
Pese a que el Domingo de Ramos arrancaba con altas temperaturas y cielos despejados, el frío y la lluvia se hicieron presentes a partir de la mitad de una Semana Santa de contrastes. El Domingo de Resurrección no fue una excepción, los días previos no habían sentado un buen precedente, y pese a que los hermanos del Santo Entierro y Cristo Resucitado esperaban desquitarse realizando su estación de penitencia en las calles tras un lluvioso Viernes Santo, el tiempo no lo hizo posible.

Miguel Becerra, hermano mayor de esta hermandad, anunciaba en el altar de la Iglesia del Espíritu Santo del Barrio de San Francisco que ante las negativas previsiones meteorológicas, la Agrupación Musical Santísimo Cristo de Humildad y Paciencia del Puerto de Santa María dedicaría una marcha a Cristo Resucitado, y la Banda de Música Arunda haría lo propio con Nuestra Señora de Loreto. Posteriormente las imágenes serían trasladadas hasta la Casa Hermandad de Calle Empedrada en un recorrido exento de música y en el que los hermanos nazarenos llevarían el rostro descubierto.

Una vez las imágenes llegaron hasta su Casa Hermandad, las puertas de la misma restaron abiertas mientras hubo vecinos y devotos dispuestos a visitar a estos titulares para dar testimonio de su fe. Numerosos vecinos y visitantes siguieron de cerca la salida y posterior traslado de Cristo Resucitado talla del imaginero veleño Israel Cornejo, que estrenaba restauración y nueva talla de su paso, así como unas cantoneras de plata, y de Nuestra Señora de Loreto, Patrona de Ejército del Aire, y único paso portado por mujeres, 24 costaleras. 

Al paso de ambos pasos por el Convento de San Francisco, las hermanas franciscanas dedicaron un improvisado cántico y varios “vivas” que fueron ampliamente aplaudidos por los vecinos que seguían el traslado.

Los hermanos compartieron su desánimo por esta jornada gris con la esperanza depositada en la próxima Semana Santa, para que sus sagrados titulares y los del resto de hermandades puedan hacer estación de penitencia por las calles de Ronda.