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Tres músicos de la Banda Arunda tocan marchas cofrades para sus vecinos del Arenal

Marta, Paloma y Eleuterio Tapia durante la interpretación de una de sus marchas cofrades. // Paloma Tapia

Eleuterio Tapia y sus hijas, Marta y Paloma, acercan a su barrio, cada día desde su patio, los sones de la Semana Santa de Ronda con el recuerdo de Inmaculada Guerrero

María José García

El escenario inédito de una Semana Santa sin una sola estación de penitencia ha dejado un gran vacío en la sociedad cofrade, que vive estos días con cierta nostalgia y resignación.

“Este año tenemos sentimientos encontrados, porque entendemos perfectamente la situación y que era lo mejor; pero después de estar todo el año ensayando para esta semana, que es la semana del año que más nos gusta, nos duele un poco no estar tocando en la calle”, son las palabras de Paloma Tapia, saxofonista en la Banda Arunda.

Paloma comparte su pasión por la música con su hermana Marta, que toca el clarinete, y con su padre Eleuterio, que toca el trombón de varas; y todos ellos pertenecen a esta banda de música rondeña, que dirige su primo Alberto Guerrero.

El pasado Domingo de Ramos, para romper con la monotonía del confinamiento en casa, Paloma propuso a su hermana y a su padre que salieran al patio para tocar cada día una marcha cofrade para deleite de sus vecinos del Arenal.

“La idea era quitarnos un poco la espinita de no poder tocar en la calle, así que nos pusimos a tocar y puse de fondo un altavoz con la marcha de fondo. Lo que no esperaba era que todos los vecinos salieran a escucharnos, así que decidí subirlo a Facebook y está gustando mucho”, sostiene Paloma.

Mientras que el Domingo de Ramos interpretaron “La saeta” de Joan Manuel Serrat, el Lunes Santo vivieron un momento muy especial, en recuerdo de la madre de Paloma y Marta, Inmaculada Guerrero, quien también pertenecía a la Banda Arunda, donde tocaba los platillos, y que fallecía en 2018.

“El año pasado fue un poco duro, ya que era la primera Semana Santa sin ella, y la Hermandad de Nuestro Señor Orando en el Huerto tuvo un detalle muy bonito: Ponerle a María Santísima Consuelo de las Tristezas una pareja de platillos en la mano. Además la primera levantá también se la dedicaron a ella”, cuenta Paloma.

“Como este año no teníamos forma de agradecérselo, el Lunes Santo decidimos tocar los tres en el patio Caridad del Guadalquivir, que es la que solemos tocar desde dentro de la Iglesia de Santa Cecilia. También es nuestra forma de tener a mi madre más presente, allá donde esté, siempre la llevamos con nosotros”, reconoce la saxofonista rondeña.

Ayer, Martes Santo, los Tapia interpretaron la marcha “Madre, tu dulce nombre” de Antonio David Rodríguez Gómez, como homenaje a la cofradía sevillana, la Hermandad del Dulce Nombre. Aunque esta será una Semana Santa única, los vecinos de esta familia de músicos podrán revivirla gracias a sus sones.