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La inflación pone en jaque a los trabajadores del campo

Varios representantes de ASAJA Málaga estuvieron presentes en las movilizaciones que acogió Madrid hace unos días por la subida de precios. // ASAJA Málaga

Productos como abonos o fitosanitarios han llegado a incrementar su precio hasta en un 200%, algo que, explican desde ASAJA, no ocurría en más de 25 años

María José García

Los trabajadores del campo atraviesan una situación especialmente crítica desde antes incluso de la pandemia por la inflación que ya entonces afectaba a los productos agrícolas y ganaderos, y a los que ahora se unen las derivadas de la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis de los transportistas.

En palabras de Rafael Cordero, técnico de ASAJA, la situación es “crítica” y los trabajadores del campo en la Serranía no saben a qué atenerse. “Muchos han visto incrementado en casi un 200% o un 100% muchos de los productos que compran como fitosanitarios, abonos, fertilizantes, gasóleo, electricidad…Se ha incrementado en un porcentaje nunca visto en el tiempo que llevo trabajando en ASAJA, en 26 años”, lamenta.

Cordero explica que, antes los desorbitados precios de los productos que sostienen su medio de vida, son muchos los trabajadores que acuden a la asociación agraria en busca de una solución o algún tipo de mecanismo de emergencia que, habida cuenta de las circunstancias, les permita salir adelante sin generar más pérdidas. Cordero traslada el sentir de agricultores y ganaderos al afirmar que esperan que desde el Gobierno central mantengan un encuentro con los trabajadores para abordar esta y otras cuestiones como la reforma de la PAC.

“Deberían poner en marcha un paquete de medidas y salvar a nuestro sector, porque si no de aquí a un tiempo nos vamos a ver abocados a la desaparición de muchas explotaciones. Esa es la realidad. Los jóvenes agricultores que se quieren incorporar tienen mucha desesperación, y no les puedo dar una respuesta porque no es fácil. Esperemos que haya una negociación y se nos apoye más definitivamente y de forma más determinante en estos momentos”, incide.

Cordero recuerda que la subida desmesurada en productos como abonos y productos fitosanitarios, entre otros, no es el único hándicap que han venido afrontando los jornaleros. En concreto, explica, hace un mes la sequía hacía que la situación fuera drástica, tanto para los cultivos como para la alimentación del ganado.

“Ellos estaban comprando pienso y alimentación suplementaria para estos animales a unos precios desorbitados y tenían que hacerlo porque si no sus animales se morían. Han estado a pérdidas porque si no sus animales se morían, sabiendo que estaban perdiendo dinero, pero qué hacían, no podían dejar de alimentar a sus animales, tanto en tema porcino, ovino, caprino, vacuno… Todos los sectores se han visto afectados”, reconoce.

Dentro del pesimismo y las malas perspectivas que vaticina el sector, en las últimas semanas los agricultores han encontrado en las lluvias un pequeño motivo para mantener la esperanza tras una sequía galopante que no tenía visos de revertirse hasta hace muy poco.
“La falta de agua en todos los cultivos era ya acuciante, estaban empezando a amarillear, a secarse...La gente estaba muy preocupada, tanto los ganaderos como los agricultores. Por fortuna, ha recuperado prácticamente casi todo, con una cantidad de agua bastante considerable cerca de los 150 o 300 litros, incluso en algunas zonas más de 500 litros”, ha zanjado Cordero.