Colaboradores

El Festival Internacional de Cine Político de Ronda

Romain Goupil, triunfador del I Festival Internacional de Cine Político. // Pipo Fernández.

Numerosos rostros conocidos y películas de un extraordinario nivel en la primera edición del festival rondeño.

El Festival Internacional de Cine de Ronda, "Cine Político para el Siglo XXI", llegó a su fin después de ocho intensos días de proyecciones, debates y un constante trasiego de rostros conocidos por el Convento de Santo Domingo. Poco más de una semana en la que nuestra ciudad ha sido objeto de numerosas líneas a nivel nacional e internacional por algo positivo, por haber sido capaz de buscar un hueco para la cultura y el pensamiento en malos tiempos a nivel global en todos los sentidos y en la que hemos sido testigos de numerosos estrenos como el de "También la Lluvia", largometraje de Iciar Bollaín elegido por la Academia de Cine para representar a España en los Oscar y que, si mi memoria no me falla, sólo habían visto hasta la fecha en nuestro país algunos privilegiados en la SEMINCI de Valladolid.

Dicen muchos jóvenes rondeños, y en ocasiones totalmente cargados de razón, que apenas contamos con actividades de ocio en la ciudad y que hay muy pocas alternativas con las que llenar nuestro escaso tiempo libre. Sin embargo, la mayor decepción de este festival ha sido sin lugar a dudas la poca implicación de los rondeños. Puede que por falta de interés, porque estamos hartos de política y de debates estériles o porque la publicidad no ha sido la adecuada. Pero como dijo ayer mismo en la ceremonia de clausura Pablo Carbonell y pese al tono jocoso de su afirmación, la política está presente hasta en un cuento infantil como el de los tres cerditos, en el que se trata el tema de la vivienda. En cualquier caso, es un lujo para Ronda y los rondeños que directores internacionales de primer nivel nos muestren sus últimos trabajos y expliquen de primera mano al público asistente por qué la película se rodó en un determinado lugar o dónde encontraron a un personaje que se amoldase a la perfección al guión. Es enriquecedor para todo el mundo escuchar las palabras del triunfador del festival, Romain Goupil, sobre las políticas de inmigración de Sarkozy en la vecina Francia, o las de Ken Loach sobre el estado anímico de los soldados que lucharon en Irak. O que la viuda de todo un Premio Nobel como José Saramago nos muestre su lado más humano gracias al documental de Miguel Gonçalves. Un cine real, que trata problemas cotidianos que se dan en el nuestro y en otros países y alejado de batallas inventadas en tres dimensiones. Y pienso que el público rondeño en general no ha aprovechado la inmejorable oportunidad que se le brindaba.

Lo que es evidente es que la organización ha demostrado que este festival puede convertirse en una referencia a nivel nacional e internacional, porque lo verdaderamente importante, la materia prima, ha sido sobresaliente. De nosotros, de los rondeños, depende que sigamos contando con el festival durante muchos años.

Manuel Guerrero Yuste