“El agua está helada, pero esto es el paraíso”

La Cueva del Gato vuelve a ser uno de los espacios más visitados durante del verano en la Serranía de Ronda
Bañistas en el Charco Frío.
Bañistas en el Charco Frío.

Paloma González

Aunque la Cueva del Gato es uno de los monumentos naturales más conocidos en la comarca de Ronda, sigue sorprendiendo a los que la visitan.

Este paraje, ubicado en el término municipal de Benaoján, está recibido cada semana a cientos de personas procedentes de diferentes municipios de la Serranía y de otros puntos del país.

Es el caso de Clara. Esta joven de Barcelona ha llegado a la poza acompañada de hermanos y primos. Todos ellos se habían bañado previamente en otros ríos, pero aseguran que el Charco Frío hace honor a su nombre.

“Hay que mentalizarse antes de meterse porque no imaginas lo fría que realmente está”, afirma. “Cuesta meterse, pero merece la pena porque el sitio es espectacular”, añade la mayor del grupo.

Otra pareja, en este caso de andaluces afincados en Hospitalet de Llobregat, cámara en mano, se dispone a fotografiar la zona. “Esto es precioso y deberíais cuidarlo. De hecho, creo que falta más vigilancia o personal al que poder dirigirse si hay algún problema porque también hay muchos niños y se pueden producir accidentes”, señala.

De hecho, lo que más abundan son los grupos de amigos y las familias que llegan desde bien temprano cargados de provisiones para pasar las calurosas jornadas veraniegas en uno de los espacios más refrescantes de la zona.

“Somos de Arriate, pero hacía muchísimos años que no veníamos. El agua sigue estando igual de fría y sólo he sido capaz de meterme los pies. Mi nieta es más valiente que yo” asegura un señor mayor.

Su yerno también ha sido capaz de introducirse en las aguas cristalinas de la poza: “Tengo recuerdos de los scouts, pero de eso hace ya muchísimos años. No podía irme sin bañarme, aunque el agua sigue estando helada”.

“El frescor que emana de la cueva, la cascada de agua y la vegetación hacen que la temperatura desciende entre cuatro y cinco grados. Ya a los viajeros románticos les llamaba la atención este lugar cuando pasaban por aquí subiendo el Valle del Guadiaro”, explica Rafael Flores, gerente de la empresa de turismo activo RF Natura.

No obstante, no todos estaban de acuerdo con la denominación de la cavidad: “El botánico valenciano Simón de Rojas Clemente y Rubio, en 1807, decía que cómo un lugar tan bello podía tener un nombre tan vulgar, en lugar de Cueva del Paraíso o algo por el estilo. Yo creo que lo de Gato mejor puesto no puede estar”, añade Flores.

Al Charco Frío se puede acceder a pie desde el puente colgante instalado sobre el río Guadiaro. Los vehículos de pueden aparcar en las zonas habilitadas junto a la carretera por el precio de un euro durante todo el día. 

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