Las puertas de Santa Cecilia se abrían a las ocho y media de la tarde para dar comienzo a la estación penitencial de la Hermandad de Nuestro Señor Orando en el Huerto y María Santísima Consuelo de las Tristezas, ante la atenta mirada de cientos de fieles que no quisieron perderse uno de los momentos más espectaculares de la Semana Santa rondeña.
Un año más, la rondeña Ainhoa Pérez prestó su espectacular voz para acrecentar la emoción que la Hermandad vive en los momentos previos a la salida en el templo de una manera muy íntima.
La salida del Huerto ha estado marcada por el paso milimétrico de los costaleros y las órdenes exactas de sus capataces, que han conseguido con maniobras impecables salvar la estrechez del dintel de Santa Cecilia sin complicaciones, que finalizaron con el aplauso de los devotos que allí se congregaron.
En el paso de Misterio, exornado con flores en tonos morados y rojos, destaca el cáliz en metal plateado que porta como estreno el ángel confortador. Mientras que el paso de palio, llevaba por vez primera 33 piezas de candelería, doce estrellas de metal plateado en memoria de hermanos fallecidos, una imagen de Santa Cecilia en la peana y una reliquia documentada de Santa Teresa de Calcuta.
Además, María Santísima Consuelo de las Tristezas estrenaba relicario de metal dorado, fajín y rostrillo. La Hermandad del Huerto ha vuelto a confiar el acompañamiento musical a la Banda de Cornetas y Tambores Cristo del Mar, de Vélez Málaga para el Misterio, y en la Banda de Música Arunda para la Virgen.



