Cientos de fieles se han congregado a las puertas de la Iglesia de La Merced para acompañar a María Santísima en la Soledad, que ha puesto el broche de oro a un esplendoroso Viernes Santo.
La Hermandad ha estrenado un sudario para la cruz de la Virgen y la restauración de la peana que ha llevado a cabo José María Tirado y que cuenta con un escudo realizado por José Luis García.
La cuadrilla de horquilleros ha tenido que ejecutar una dificultosa maniobra de salida para, posteriormente, completar el trono que porta a María Santísima de la Soledad, que llora la muerte de su hijo a los pies de una cruz ya vacía.
El silencio y el respeto de los fieles y devotos se ven rotos por los aplausos cuando su Titular inicia el itinerario que le lleva hasta el Santísimo. Momentos de sentimiento y emoción a flor de piel que se ven elegantemente acompañados por la música de capilla.
Destacada la presencia de mujeres vestidas de mantilla para acompañar a la Virgen y de un importante número de niños en el cortejo.
El tiempo ha querido que el Viernes Santo se cierre con la sobriedad de la Madre que llora por la pérdida de su hijo.
